Financiar la educación en África subsahariana: ¿Se puede mantener la dinámica durante la actual desaceleración económica?

Birger_Fredriksen_0Este blog, escrito por Birger Fredriksen, un destacado experto en el desarrollo de la educación en países en vías de desarrollo del Results for Development Institute (Instituto de Resultados para el Desarrollo), indica que se necesitan esfuerzos concertados para evitar que la desaceleración económica en África subsahariana afecte los objetivos que se ha propuesto en el marco de la Educación 2030. Se publica al mismo tiempo que se está llevando a cabo la Semana de Acción Mundial, organizada por la Campaña Mundial para la Educación, en torno al tema.

La contribución de una educación de buena calidad al crecimiento económico de un país ahora es bien sabido. A la relación inversa –la contribución del crecimiento económico a la educación– se le da menos atención. En particular, este es el caso en lo que refiere a la importancia del marcado crecimiento sostenible de los ingresos per cápita que se necesita para generar tanto la financiación de la educación como los empleos que se necesitan para que un crecimiento educativo acelerado sea económica y socialmente sostenible. Esta necesidad existe especialmente en África subsahariana (ASS), en vista del alto y continuo crecimiento de la población en la región, de la vasta brecha educativa que se debe colmar, y del muy lento crecimiento del mercado laboral en el sector moderno.

En este contexto, la reciente desaceleración del crecimiento económico en la región ha suscitado inquietud. La proyecciones económicas del FMI de octubre de 2015 indican que el crecimiento del PIB en ASS fue de 6% por año en el periodo 2004-08 y de 5% en el periodo 2009-14, y estiman que será de 4% en promedio en 2015 y 2016. Las proyecciones revisadas de principios de abril redujeron el crecimiento previsto en 2015, a 3.4%, y en 2016, a 3.1%. Así, tomando en cuenta un crecimiento anual de la población de 2.7%, el crecimiento anual per cápita cayó de 4.1% entre 2004 y 2008 a 0.7% en 2015 y 0.4% en 2016.

9951808864_3ca092e1b5_zEsta desaceleración resulta de una combinación de complejos factores globales, regionales y nacionales que no tienen soluciones a corto plazo. Estos incluyen el final del boom de las materias primas, infraestructuras pobres –incluyendo la escasez de energía– y una mayor inseguridad en muchos países. Por ello, si esta estagnación del crecimiento per cápita se vuelve la “nueva normalidad” a mediano plazo, el riesgo de una reducción marcada de los presupuestos de educación es muy real.

Un blog que publiqué el 2 de octubre de 2014 en este sitio evocó el gran incremento de la financiación que necesitaba ASS, comparada con otras regiones en vías de desarrollo, para alcanzar los objetivos de la EPT de 2015. Las dos principales razones eran la vasta brecha educativa que se debía colmar y el acelerado crecimiento de la población; ambas siguen siendo de relevancia para el periodo 2015-2030. A pesar del progreso que se ha hecho desde el 2000, el porcentaje de los niños fuera de la escuela a nivel mundial que se encuentran en ASS creció del 40% en 1999 al 57% en el 2013. Asimismo, la calidad es muy baja y dos de cada cinco niños abandonan la escuela antes de completar el ciclo primario. Por otro lado, la brecha entre ASS y otras regiones en cuanto a las tasas de matriculación ha crecido desde el 2000, tanto para la educación pre-primaria como para la post-primaria . Y el “desafío de colmar la brecha” lo exacerba considerablemente el hecho de que, según las proyecciones, la población en edad de ir a la escuela en ASS crecerá un 33% entre 2015 y 2030, mientras que en las demás grandes regiones en vías de desarrollo disminuirá.

Desde 1960, el progreso educativo en la región ha dependido, en gran parte, del crecimiento económico. Esto lo ilustra la manera en que la aceleración y desaceleración del crecimiento económico ha hecho que la consecución de una Tasa Bruta de Matriculación (TBM) del 100% en la educación primaria sea una meta cambiante en la mayoría de los países:

  • 1980-2000: Periodo de estagnación educativa: La TBM cayó a 73% en 1993 y solo recobró su nivel de 1980 en el 2000 (y no la Educación para Todos como se acordó en 1990 en Jomtien). La causa principal fue un deterioro económico. El PIB per cápita cayó aproximadamente una tercera parte entre 1970 y 1997, y los presupuestos para la educación solo crecieron alrededor de un 1% anualmente entre 1980 y 2000, mientras que la población en edad de ir a la escuela creció 2.7%. La falta de flexibilidad fiscal también dificultó las reformas que se necesitaban para transformar los sistemas educativos en ASS, que eran elitistas, en sistemas masivos. A su vez, el avance lento en relación con las reformas resultó en ayuda más basada en el desempeño y en la promesa de los donantes del Foro Mundial de Educación Dakar 2000 que darían prioridad a los países que diseñaran buenos planes.
  • 2000-2015: Reanudación del crecimiento: La TBM alcanzó aproximadamente un 100% en el 2013. Aunque este avance no representa una educación primaria universal –la Tasa Neta de Matriculación solo era de un 78% y alrededor de 30 millones de niños en edad de ir a la escuela primaria seguían fuera del sistema educativo– fue un gran logro. El crecimiento económico contribuyó aproximadamente dos terceras partes del incremento de los presupuestos educativos que hicieron posible este logro. El resto se generó a través de un incremento del porcentaje del PIB asignado a la educación, y de la ayuda internacional, dos fuentes que se anticipa contribuirán menos entre ahora y el 2030. En promedio, ASS ya gasta un mayor porcentaje de los presupuestos públicos (18%) en la educación que otras regiones. Asimismo, la ayuda se ha estancado a nivel mundial en los últimos años, y el porcentaje de ella que se dedica a la educación básica ha caído pronunciadamente (del 50% en el 2002 al 28% en el 2014).

En conclusión, se necesita un esfuerzo concertado para impedir que la desaceleración económica cause una mayor demora en la consecución del sueño de la EPT, así como de las nuevas metas de educación de los ODS. Este esfuerzo debe incluir una mayor priorización de África subsahariana en la asignación de la ayuda internacional. Pero, en vista de que la mayoría de la financiación por necesidad surge de fuentes nacionales, se debe hacer más para generar mayores recursos de este tipo, incluida un ampliación de la base fiscal. De igual manera, todavía es posible aumentar el porcentaje de los presupuestos públicos que se asigna a la educación en muchos países. Por último, el hecho de que los presupuestos sean más ajustados, tanto para los gobiernos como para los donantes, da aún más importancia a la asignación de los mismos a las poblaciones que actualmente no gozan de una educación básica.

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