Los policías afganos mejoran sus vidas –y las de los demás– con la alfabetización

1Gul Rahman, un patrullero de la unidad de seguridad de la prisión en la Provincia Paktya, ha mejorado mucho sus capacidades como policía gracias a su clase de lectura y escritura. Está casado y es el único que genera ingresos para una familia de 12.

“Afganistán ha sufrido casi cuatro décadas de guerras e insurrecciones devastadoras, y a raíz de esta disrupción no había podido lograr mi aspiración de volverme alfabeto,” dijo.

Cuando surgió la oportunidad de inscribirse en la clase del LEAP de la prisión, la aprovechó. El LEAP, que recibe apoyo financiero del Gobierno de Japón, es parte del programa de Mejora de la Alfabetización en Afganistán de la UNESCO.

“No debería haber policías analfabetos,” dice un delegado del Comando General de Educación de Afganistán en el reporte final de la segunda fase del programa LEAP. “No pueden aplicar las leyes si no las entienden. Su modo de interactuar con la población mejorará si son alfabetos; entenderán la ética y los derechos humanos”.

El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2016 muestra que un sistema legal que funciona debidamente es crítico para la perpetuación de las sociedades pacíficas. Y muestra que desarrollar las capacidades de los agentes judiciales y legales es esencial. Una formación y un entrenamiento insuficientes obstaculizan la justicia y resultan en retrasos, en la recopilación deficiente o insuficiente de evidencia, en una falta de aplicación, y en abusos. Muestra que muchos países carecen seriamente de policías formados, y de personal legal y forense.

Actualmente hay aproximadamente 164,000 policías en la Policía Nacional Afgana (PNA), de los cuales casi el 50% lo conforman patrulleros/patrulleras. Según el Estudio sobre la Alfabetización de la Policía Afgana de 2015, solo un 35% (38,000) de ellos eran alfabetos. Esto significa que todavía hay aproximadamente 43,000 patrulleros/patrulleras analfabetos, lo cual es una gran traba para la calidad del trabajo de la policía, la protección pública y la aplicación de la ley.

Desde 2011, con financiamiento del gobierno de Japón, el programa LEAP se ha lanzado en 19 de las 34 Provincias Afganas, y ha formado una red de 500 facilitadores voluntarios para la alfabetización de la policía, así como un equipo con la Unidad de Alfabetización del Ministerio del Interior.

Gul dice que poder leer, escribir y contar gracias al programa le ha “resuelto cientos de problemas”.

Gul, por ejemplo, aprendió a manejar eficazmente las necesidades de los prisioneros. “Antes, los prisioneros analfabetos me pedían que les escribiera listas para poder pasárselas a sus visitas para que les consiguieran lo que necesitaban, pero no les podía ayudar. Ahora inclusive puedo leer cartas y comunicados oficiales. También le puedo ayudar a mi supervisor a preparar los horarios de trabajo de los patrulleros”, dijo.

2“En mi vida privada, puedo registrar mis gastos diarios en un cuaderno para prever y controlar mis gastos mensualmente. Y cuando voy al bazar a hacer mis compras, puedo leer las fechas de caducidad de los productos y las materias.”

Su plan ahora es seguir las clases hasta que se gradúe del nivel secundario y pueda volverse un oficial de policía.

Cuando Rafi-u-llah, egresado del LEAP y patrullero en la provincia Laghman de Afganistán, habló con la UNESCO en 2014 dijo sentirse avergonzado al no poder hacer tareas sencillas, como dar direcciones, porque no podía leer. Graduarse del LEAP cambió esa situación: “ahora tengo más confianza en mí mismo porque le puedo ayudar a la gente”, dijo.

Gulghotai, una educanda que trabaja en la Prisión Polecharkhi, dice que el programa ha contribuido a muchos cambios, tanto profesionales como personales. “En casa, podemos apoyar el aprendizaje y desarrollo de nuestros hijos. Como policías, mejoramos nuestro comportamiento profesional mediante la alfabetización.”

Ahora, el plan de la UNESCO es implementar la próxima fase del programa, junto con el Ministerio. Tendrá un costo de 3 millones de dólares EUA durante un periodo de 30 meses. El LEAP III se centrará en: (1) Acceso: Una educación en alfabetización completa para todos los miembros del personal que sean analfabetos; (2) Calidad: Una mejor calidad de la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y escritura; y (3) Gestión: Garantizar la sostenibilidad, continuidad y apropiación del programa de alfabetización.

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