Los dirigentes citadinos pueden emplear la educación para algo más que el crecimiento de la economía

social-media-sliderNo hace falta que la educación presente su caso en relación con su poder para fomentar el crecimiento económico en las zonas urbanas. Las ciudades pueden atraer capital humano y la inversión extranjera directa al posicionarse como centros globales para la educación superior, las capacidades, el talento, el conocimiento y la innovación. Por ejemplo, la mega ciudad de Shanghái, China, que tiene acceso a más de 100.000 graduados, y en una década ha duplicado la proporción de la mano de obra que tiene estudios universitarios. Del mismo modo, según los informes, la Universidad de Stanford ha tenido un considerable impacto económico mundial: 18.000 empresas creadas por sus exalumnos están basadas en zonas urbanas en su estado natal, California.

Pero las ciudades son más que infraestructura, aire limpio y crecimiento económico. La gente, y más gente cada día, vive en ellas. El objetivo sobre las ciudades en la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030 busca hacerlas “inclusivas y sostenibles”. No dice nada sobre su desarrollo como metrópolis.

Uno de los principales retos que enfrentan las ciudades es que albergan a muchas personas que tienen empleos informales y vulnerables. En 2013, los trabajadores domésticos, aquellos que trabajan en casa y los vendedores ambulantes representaron cerca de un tercio del empleo urbano en India, por ejemplo; en Sudáfrica, los vendedores ambulantes por sí solos representaron el 15% de la fuerza laboral urbana. Dado que la educación está íntimamente ligada a las perspectivas de empleo, es un socio vital para la promoción de economías más inclusivas. Nuestro Informe GEM más reciente, por ejemplo, mostró que el número de trabajadores de orígenes más pobres con trabajos informales y que viven debajo del umbral de pobreza se reduciría un 39% si estos alcanzaran el mismo nivel de educación que los trabajadores procedentes de entornos más ricos.

city-1Hacer que las ciudades sean inclusivas va más allá de la provisión de oportunidades de trabajo decente, por supuesto. A muchos residentes citadinos, incluidos los migrantes, los habitantes de los tugurios y los refugiados, se les niega el acceso a servicios vitales, como la educación pública.  El lugar en que se vive , indicando que más de un tercio de la población urbana en los países de bajos ingresos vive en tugurios o en asentamientos precarios en el centro de las ciudades o en las periferias urbanas. A menudo, estos se caracterizan por la falta de acceso a servicios básicos, incluida la educación, y en especial a la educación pública.  Asimismo, a finales de 2014, 6 de cada 10 refugiados vivían en zonas urbanas, y muchos de ellos no iban a la escuela. En Turquía, por ejemplo, solo el 30% de los refugiados en las zonas urbanas están matriculados en la escuela.  Además, los migrantes a las ciudades que buscan empleo se enfrentan a retos tales como la discriminación, las barreras vinculadas al idioma, el desempleo y la explotación en la economía informal.

Para estas personas, la educación es importante no sólo porque es su derecho, sino también porque puede proporcionar apoyo a los habitantes que carecen de documentos oficiales a su nombre, y son invisibles para los servicios estatales. En estos casos es importante el aprendizaje a lo largo de la vida, y la enseñanza no sólo a través de la escuela, pero también en entornos educativos no formales, así como la educación para adultos. Muchos migrantes y refugiados son jóvenes y adultos que también necesita urgentemente una mayor comprensión de sus derechos. Curitiba reconoció la utilidad de este enfoque, y usó autobuses retirados como centros móviles de capacitación. Ciertos días, los autobuses también fueron enviados a barrios pobres para ofrecer formaciones para adultos, combinando la alfabetización con la educación sobre la salud.

Para lograr este cambio debemos formar urbanista que tengan un mejor entendimiento de las necesidades locales. Necesitan formaciones que les permitan entender que las ciudades son organismos vivos, y no un simple conjunto de edificios y casas. Deben que aprender un nuevo enfoque de la planificación, un enfoque que implique hablar con la gente sobre sus necesidades, y pasar más tiempo con el personal de campo. Por esta razón, el indicador del ODS 11 sobre las ciudades es decepcionante, ya que no dice nada acerca de la educación u otros servicios básicos esenciales, y pone el énfasis directamente en la vivienda.

city2Una mejor formación para los dirigentes citadinos no es sólo importante para el urbanismo en general, sino también para el urbanismo integrado que aborda la educación. Debemos hacer lo más que podamos al respecto, facilitando mejores intercambios de conocimientos entre los dirigentes citadinos. Sería una lástima si una falta de capacidad limitara nuestras ambiciones.

 

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