Esta semana, el Comité de Desarrollo Internacional del parlamento del Reino Unido recomendó, en una carta dirigida al Departamento para el Desarrollo Internacional del país (DFID por sus siglas en inglés), asignar el 10% de la ayuda para el desarrollo a la educación. Dicha carta hace referencia a nuestro Informe más reciente, de 2016, para hacer esta recomendación, que se basa en un análisis anterior. Nos entusiasma saber que reciba este tipo de apoyo.
La recomendación del Comité fue la conclusión de una investigación de 9 meses sobre el trabajo del DFID en relación con la educación, y específicamente su enfoque en no dejar a nadie atrás. La investigación del Comité resultó de la creciente preocupación de que “la actual estrategia de ayuda del Reino Unido no hace suficiente hincapié en garantizar que los niños de todo el mundo en desarrollo tengan acceso a una educación de calidad”.
Esta investigación de larga data incluyó la recopilación de pruebas orales y escritas de múltiples partes interesadas en el tema. El equipo del Informe GEM recomendó que el DFID siga poniendo el ejemplo al asignar el 0,7% de su ingreso nacional a la ayuda, priorizando la educación. Pero actualmente, como señaló el Comité, el DFID dedica un poco más del 8% de su presupuesto (526,2 millones de libras esterlinas) a la educación; un menor porcentaje que el asignado a la salud, los desastres, y los gobiernos y la sociedad civil.
A nivel mundial, en promedio entre todos los donantes principales, el porcentaje dedicado a la educación de la ayuda exterior total para el desarrollo disminuyó de 10,2% en 2010 a 9,5% en 2013 y a 8,2% en 2014. Este porcentaje es el más bajo desde 2002. En 2013, fue de tan solo un 3% en el caso de los Estados Unidos y de un 6% en el caso de las instituciones europeas. Por el contrario, el porcentaje asignado a la salud de la ayuda exterior total para el desarrollo ha aumentado durante el mismo período. Estos son los datos más recientes; los actualizaremos en las próximas semanas en colaboración con la Alianza Mundial para le Educación (GPE, por sus siglas en inglés).
Desde hace un tiempo, el Informe GEM ha abogado por que los donantes prioricen la educación en sus presupuestos de ayuda como la conclusión necesaria de sus cálculos relacionados con la brecha financiera anual para alcanzar las nuevas metas educativas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
En 2015, el equipo del Informe GEM calculó que había un déficit de financiamiento anual de 39 mil millones de dólares para alcanzar nuestro nuevo objetivo de educación en países de ingresos bajos y medios bajos. Demostramos que toda esta brecha podría cubrirse si los miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo (CAD) de la OCDE y algunos donantes no pertenecientes al CAD (Brasil, China, India, Kuwait, Qatar, la Federación de Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica y los Emiratos Árabes Unidos) asignaran el 0,7% de su ingreso nacional bruto a la ayuda y a su vez el 10% de su ayuda a la educación (desde la educación pre-primaria hasta la secundaria superior).
Nos complace verdaderamente que los parlamentarios del Reino Unido hayan subrayado la importancia crítica de esta recomendación, y que los medios de comunicación y otras organizaciones aprovechen al máximo el trabajo del Comité para unirse a los esfuerzos de abogacía. A dos años del lanzamiento de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, con una fecha límite de 2030 que ya se vislumbra, necesitamos que donantes fuertes y audaces, como el DFID, muestren el camino con nuevos y mayores compromisos con la educación.
