Todos tienen derecho a la educación, pero para algunas personas acceder a la educación es mucho más difícil de lo que debería ser. Para marcar el 3 de diciembre, que es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, nos centramos en algunas de las barreras que impiden que las personas con discapacidad asistan a la escuela y reciban una educación de buena calidad.

Los resultados no coinciden con los compromisos

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad tuvo una tasa de ratificación rápida; el 87% de los países la ratificaron en los 10 años posteriores a su adopción. Solo la Convención sobre los Derechos del Niño tuvo una tasa de ratificación más rápida. El artículo 24 de la Convención exige el desarrollo de una educación inclusiva en todos los niveles: los países deben garantizar que sus leyes promuevan el derecho a la educación de las personas con discapacidad en todos los niveles y les permitan aprender junto a otros estudiantes en escuelas inclusivas, por ejemplo, a través de planes educativos individuales. El Informe GEM 2017/8 encontró que las constituciones, las leyes o las políticas en 42 de 86 países hacen referencia explícita a la educación inclusiva.

Sin embargo, la interpretación de “educación inclusiva” varía significativamente, y existe una gran diferencia entre las políticas que se dictan y los resultados reales. En varios países, diversos factores, incluyendo la escasez de recursos o la resistencia a la idea de la educación inclusiva, significa que lo prometido no se materializa.

En países como Serbia y Turquía, más del 35% de las escuelas se vieron afectadas por la escasez de materiales, lo cual obstaculizó significativamente la provisión de instrucción a los estudiantes con necesidades especiales. En Jordania, los desafíos de transporte, los entornos físicos inadecuados y la falta de armonización de los planes de estudio con las necesidades de las personas con discapacidad hacen que los programas inclusivos no se apliquen correctamente.

En Sudáfrica, a pesar de que la Constitución y la Ley Escolar de 1996 exigen una educación especial para todos los niños con discapacidad, un informe gubernamental de seguimiento encontró que el 26% de los niños con discapacidad de 5 a 15 años no asistían a la escuela. Además, había una escasez crítica de profesionales de los servicios de salud y sociales, y se estaban construyendo nuevas escuelas especiales en las que no se tomaban disposiciones específicas para los niños con discapacidades intelectuales graves.

Evidentemente, todavía tenemos un largo camino por recorrer para garantizar el acceso a una educación de calidad para los niños con discapacidad. Es más probable que los jóvenes europeos con discapacidad abandonen prematuramente la escuela. En las Maldivas, la tasa de asistencia primaria fue del 85% para las personas con discapacidades y del 94% para las personas sin ellas, mientras que, en Camboya, las cifras respectivas fueron del 43% y el 93%.

Se necesitan más datos y mejores definiciones

Todavía es difícil recopilar datos educativos sobre las personas con discapacidad. Esto no solo se debe a la complejidad inherente de documentar las características de un grupo de población tan diverso. En algunas partes del mundo, desafortunadamente, la discapacidad todavía se considera estigmatizante. Los sistemas nacionales de seguimiento de la discapacidad aún están en desarrollo. La falta de una definición clara, establecida internacionalmente, de discapacidad o de educación especial puede ser un obstáculo considerable para la recopilación de datos significativos al respecto. Tampoco hay una definición clara de educación inclusiva, lo que hace aún más difícil establecer estándares universales.

Otro desafío es que la mayoría de los informes de los países se enfocan estrechamente en la matriculación y no proporcionan una explicación más detallada de los resultados educativos, así como de las prácticas inclusivas en las escuelas y las aulas. Por ejemplo, el informe del gobierno de Rwanda al Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad mencionó que “[quedaba] mucho por hacer, no solo para mejorar la matriculación… sino para proporcionar un aprendizaje significativo, y avanzar hacia un nivel similar al de otros estudiantes”. El Informe GEM 2016 mostró que solo un 9% de los libros de texto mencionaban la existencia de las personas con discapacidad.

Es probable que aumenten los datos sobre las personas con discapacidad en los próximos años, lo que hará más clara la magnitud del desafío de garantizar el acceso a la educación para este grupo. Esperamos que el Informe GEM de 2020 sobre la inclusión también ayude a impulsar los debates y las soluciones a un ritmo acelerado. Si vamos a cumplir nuestros compromisos del ODS4, no podemos permitir que las personas con discapacidad caigan entre las grietas.