Una rendición de cuentas más sólida puede contribuir a garantizar que se denuncien los casos de violencia de género en el entorno escolar (Parte II)

Picture1Tal como se demostró en la Parte I de estos blogs, el comportamiento violento es corriente en las escuelas, y algunas veces sus autores son los mismos docentes. Para abordar esta cuestión se necesita un enfoque de varios niveles, que incluya leyes y políticas eficaces, planes de estudio y materiales de aprendizaje adecuados, formación y apoyo a los docentes, asociaciones de colaboración entre la educación y los demás sectores, y seguimiento y evaluación. La rendición de cuentas, y en especial la de los docentes, es crucial para solucionar el problema, como muestran el Informe GEM más reciente y este blog.

  1. Debe reforzarse la legislación para hacer frente a la conducta indebida de los docentes y la violencia de género. Las leyes, los planes y las políticas nacionales que abordan la violencia de género en el entorno escolar deberán estipular claramente que las instituciones públicas no tolerarán ningún comportamiento violento. La legislación de algunos países, como Chile, Fiji, Finlandia, el Perú, la República de Corea y Suecia, hace referencia a la violencia en las instituciones educativas. En otros países, incluidos Irlanda, el Reino Unido y Singapur, ciertas leyes contra la discriminación y sobre los derechos humanos y la igualdad abordan ese tipo de violencia, debido a la falta de una legislación específica.

Las políticas de apoyo para aplicar la legislación revisten la misma importancia. En 2011, Palestina adoptó un plan nacional estratégico hasta 2019 para acabar con la violencia contra las mujeres. Éste brinda un marco normativo complementario, y prevé intervenciones de esa índole, en especial reforzar el papel de asesores cualificados, crear mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas, y revisar los planes de estudio.

No obstante, hacer cumplir las leyes y los códigos sigue siendo difícil en algunos países, en parte debido a normas sociales y de género bien arraigadas en los planos locales. En Sudáfrica, las estrategias para detener la violencia de género se respaldan mediante un sólido marco jurídico y normativo y directrices detalladas para las escuelas. A pesar de ello, las escuelas no tienen la obligación legal de adoptar las directrices nacionales, y los líderes escolares se han mostrado renuentes a denunciar los abusos cometidos a los alumnos por otros miembros del personal. En el Reino Unido, los directores de escuela y los órganos rectores tienen la obligación legal de denunciar las quejas contra el personal ante la autoridad local de educación. Es un delito no remitir el caso cuando se han cumplido ciertos criterios específicos.

Los marcos normativos y programáticos requieren un seguimiento y evaluación sistemáticos. Los enfoques integrales necesitan pruebas más fiables sobre las estrategias eficaces para reducir la violencia de género en el entorno escolar, incluidos sistemas más sólidos para medir los niveles de violencia y de respuesta a la misma, y cruzar factores de riesgo. En Côte d’Ivoire, donde se ultimó una política nacional intersectorial sobre la protección de los niños en 2012, también se estableció un marco para la coordinación y el seguimiento de estrategias de protección infantil en el Ministerio de Educación.

  1. quote 1Los códigos de conducta de los docentes deberán además mencionar explícitamente la violencia y el abuso, y garantizar que las sanciones sean claras y coherentes con los derechos y protecciones legales de los niños. Kenya, por ejemplo, cuenta con una serie de sanciones por infracciones de las normas de conducta profesional, incluidas la suspensión y la destitución. En Malawi, el Programa de escuelas seguras, puesto en marcha en 2005, promovió enmiendas al Código de conducta de los docentes y una aplicación más enérgica de las normas relativas a las conductas indebidas de estos últimos. Se impartió formación en las escuelas y comunidades sobre el código enmendado, y el número de docentes que aprendió cómo denunciar una violación al código se incrementó del 45% al 75%.

 

  1. Los docentes necesitan formación para ayudar a promover aulas inclusivas y en las que se tengan en cuenta las cuestiones de género, y crear formas positivas de disciplina en las escuelas. Los docentes cumplen la función de agentes de cambios positivos fomentando el respeto, la justicia y la integración entre los alumnos. Sin embargo, también pueden ser agentes de conflictos si usan la pedagogía y los planes de estudio para perpetuar una cultura de violencia. PLAN Internacional, mediante su campaña Aprender sin Miedo iniciada en 2011, ha trabajado con profesores, padres y organismos educativos distritales en Viet Nam para crear formas positivas de disciplina en las escuelas. Los docentes capacitados estaban más a favor de acabar con los castigos corporales que los que no habían recibido formación.

Picture2El programa Doorways en Burkina Faso, Ghana y Malawi capacita a docentes del ciclo superior de enseñanza primaria y el primer ciclo de enseñanza secundaria acerca de los derechos y responsabilidades de los niños, las aptitudes básicas de asesoramiento y escucha, y el código de conducta de los docentes. En Ghana, la conciencia de los docentes sobre el acoso sexual en la escuela obtenida mediante el programa aumentó del 30% al 80% en el caso de las chicas, y del 26% al 64% en el de los chicos.

Es necesario también dar formación al personal escolar para que escuche y respalde a los alumnos, y les ayude a presentar denuncias. No obstante, es posible que el personal no esté bien preparado para brindar ese tipo de respaldo. En los Estados Unidos, menos de un tercio de los alumnos de la comunidad LGBTI que informaron haber sido víctimas de algún hecho afirmó que el personal había resuelto eficazmente el problema.

Entre las estrategias de apoyo adicionales figuran la formación de docentes, la contratación de asesores de orientación y la creación de sistemas de voluntarios en las comunidades y de apoyo entre colegas. En la República Democrática del Congo, un proyecto formó a los docentes para que intervinieran en primer lugar en los casos de violencia de género en el entorno escolar. Tras su finalización, el 95% de los docentes y el 90% de los alumnos informaron saber cómo prevenir la violencia de género en el entorno escolar, en comparación con el 56% y el 33%, respectivamente. El proyecto condujo además a una disminución del 66% del uso por parte de los docentes de castigos corporales, como golpear a los alumnos o utilizar látigos o bastones.

  1. Las actividades de promoción y sensibilización son un primer paso fundamental a fin de asegurar que existan marcos jurídicos y normativos adecuados para prevenir la violencia de género en el entorno escolar y hacerle frente.

La promoción y la sensibilización por conducto de redes y alianzas nacionales también han sido clave para la formulación de los códigos de conducta de los docentes. En Ghana y Malawi, el Programa de escuelas seguras abogó con éxito por la revisión de los códigos de conducta e hizo un llamado a un cumplimiento más estricto de las normas relativas a las conductas indebidas de los docentes.

Trabajar directamente con los sindicatos de docentes puede ser favorable para que se tomen medidas contra los docentes que violan los códigos de conducta. Un estudio de los sindicatos de docentes afiliados a la Internacional de la Educación concluyó que más de la mitad de los 125 encuestados de distintas regiones participaban en iniciativas para hacer frente a la violencia de género en el entorno escolar, en especial actividades de sensibilización, elaboración de materiales, y formación.

quote 2En Kenya, el equipo de promoción del proyecto Stop Violence against Girls in School colaboró con la Comisión del Servicio Docente, el Ministerio de Educación, el Sindicato de Docentes y el Departamento de la Infancia para redactar un proyecto de ley sobre el abuso sexual. El sindicato, que en ocasiones anteriores solía frenar la reforma, al parecer ahora se ha comprometido a evitar proteger a los docentes culpables de un delito, y se creó una base de datos centralizada para hacer un seguimiento de los docentes condenados por delitos sexuales.

  1. studentsEmpoderar a los alumnos y asignarles una función para resolver la violencia de género en el entorno escolar. La educación sexual que abarca la diversidad sexual y la identidad o expresión de género puede conducir a culturas escolares más inclusivas. En los Países Bajos, una educación sexual más amplia sobre más temas se vinculó a una mayor disposición de los testigos a intervenir cuando el personal pone sobrenombres a alumnos de la comunidad LGBTI.

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Tal como demuestra el variado contenido de este blog, para acabar con la violencia en las escuelas se necesita un enfoque coordinado y de múltiples niveles y facetas, que reconozca la naturaleza interrelacionada de las distintas formas de violencia, tanto dentro

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