Necesitamos más que dinero para ayudar a millones de niños desplazados en todo el mundo

Las nuevas cifras anuales de Global Trends de la ACNUR muestran que actualmente hay 68,5 millones de personas en todo el mundo que han sido desplazadas, un número sin precedentes. Entre ellas hay 25,4 millones de refugiados. Estos jóvenes tienen necesidades, y expectativas, educativas extremas que los países anfitriones deben cumplir con el apoyo de la comunidad internacional. Este es el enfoque del proceso del Pacto Mundial sobre Refugiados, que se anticipa será completado este año. Expondremos algunas recomendaciones de políticas concretas sobre dónde y cómo deben asignarse los recursos en nuestro próximo Informe, que se publicará el 20 de noviembre de este año.

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Estas nuevas cifras equivalen a 31 nuevas personas desplazadas cada minuto, o más personas que las que viven en el Reino Unido.

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Adnan es un refugiado de Siria que ahora se encuentra en Dohuk, en el norte de Iraq. Cursaba el sexto grado cuando huyó a Kurdistán iraquí. Algunos meses después, se movió de nuevo, a Erbil, en el norte de Iraq, donde no hablaba el dialecto y le resultaba difícil continuar su educación. Tres años después regresó al campamento en Dohuk, donde lo colocaron, nuevamente, en el tercer grado. Esto lo avergonzó y destruyó su motivación para estudiar. Abandonó la escuela.

Adnan es un refugiado de Siria que ahora se encuentra en Dohuk, en el norte de Iraq. Cursaba el sexto grado cuando huyó a Kurdistán iraquí. Algunos meses después, se movió de nuevo, a Erbil, en el norte de Iraq, donde no hablaba el dialecto y le resultaba difícil continuar su educación. Tres años después regresó al campamento en Dohuk, donde lo colocaron, nuevamente, en el tercer grado. Esto lo avergonzó y destruyó su motivación para estudiar. Abandonó la escuela.

La educación es una parte clave de esta historia porque más de la mitad de los refugiados son menores de 18 años. Y, como cualquier padre sabrá, necesitan la seguridad, la estabilidad y las oportunidades que ofrece de una educación de calidad. Sin embargo, la última estimación es que al menos 3,5 millones de niños y jóvenes refugiados de entre 5 y 17 años se están perdiendo la escuela. ¿Es posible que empeore la situación? Como dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, en un artículo de opinión esta mañana: “Es en sus vidas –y en sus futuros destrozados– que se manifiestan las consecuencias más devastadoras de la guerra, la violencia y la persecución”.

Al desglosar las estadísticas observamos que el 85% de los refugiados del mundo son acogidos por países en desarrollo, muchos de los cuales ya tienen dificultades para proporcionar una educación de calidad.

3Uganda, donde una de cada cuatro escuelas no cuenta con instalaciones de saneamiento básico y más de un millón de jóvenes no saben leer, está realizando esfuerzos excepcionales para ayudar a los refugiados a acceder a la educación. En 2016, sin embargo, solo seis de cada diez niños refugiados asistieron a la escuela primaria en el país.

En Líbano, actualmente una de cada seis personas es un refugiado. Esto lo convierte en el anfitrión del mayor número de refugiados en relación con su población nacional. Las conclusiones de la ACNUR muestran que solo el 5% de los cerca de 80,000 refugiados sirios de entre 15 y 18 años de edad se matricularon en la escuela secundaria. Recientemente, el gobierno introdujo nuevas reglamentaciones que permiten a algunos jóvenes sirios obtener un estatus legal temporal, lo que les ayudará a inscribirse en la educación.

También debemos recordar que la mayoría de las personas desplazadas son desplazadas dentro de las fronteras de su país, a menudo debido a conflictos y violencia. Colombia tiene el mayor número de desplazados internos en el mundo. No es de extrañar que el proceso de paz sea una prioridad de los votantes en las próximas elecciones.

Para solucionar los problemas que enfrentan las personas desarraigadas por el conflicto y la violencia se necesitará dinero, y a su vez grandes inversiones, como el compromiso de $3.800 millones que se hizo en la cumbre del G7 en Canadá para la educación de las niñas con referencia especial a contextos de emergencia.

La voluntad política, claramente, también es vital. Por este motivo el Alto Comisionado para los Refugiados y el Director Ejecutivo de UNICEF lanzaron un llamado a la acción esta mañana, que apoyamos plenamente: “Los niños refugiados, ya sea a nuestras puertas o en zonas fronterizas remotas, deben ser protegidos, refugiados y equipados para el futuro. Deben tener una educación que los dote de las habilidades y la confianza para reconstruir sus vidas rotas. Nuestra capacidad para marcar una diferencia en sus vidas –entre la desesperación y la esperanza, y entre quedarse atrás y construir un futuro– es una prueba de nuestra humanidad compartida”.

Frente a estas estadísticas abrumadoras y los reportajes diarios sobre los refugiados, la única forma de entender es enfocarse en historias individuales. Precisamente por ello, queremos escuchar a los padres, estudiantes y sus maestros relatar su historia educativa. Por favor, compartan sus experiencias y ayúdennos a implorar a los responsables de las políticas para que se adopte una acción más urgente.

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