Silvia Montoya, Directora del Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS)

¡Los educandos jóvenes se han priorizado en la agenda de datos para el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4! El Instituto de Estadísticas de la UNESCO (UIS, por sus siglas en inglés) y sus socios han promovido dar mayor importancia al Indicador 4.1.1a del ODS 4 sobre la medición de los resultados de aprendizaje en los grados 2 y 3, y ayer oímos que nuestros esfuerzos han sido fructíferos.

Anteriormente, el tema se abordaba con un indicador de Nivel 3 en la clasificación oficial, lo que significa que no existía una metodología para producir los datos necesarios. La reunión de IAEG-SDG en Estocolmo examinó nuestra propuesta de darle mayor importancia, de Nivel 2, en otras palabras, un indicador conceptualmente claro con una metodología de seguimiento establecida. Me complace decir que nuestra propuesta fue avalada, lo que significa que se han dado los primeros pasos para medir las habilidades de lectura y matemáticas que impulsan el aprendizaje a lo largo de la vida.

Esta buena noticia no podría ser más oportuna. Dado que hay un riesgo de que los indicadores de Nivel 3 se retiren de la agenda de educación en 2019, cuando todos los indicadores deben revisarse, existe el peligro de que esta etapa crítica del aprendizaje pueda dejarse de lado. Sin su propio indicador, los niños más pequeños no recibirían la misma atención que los niños de los grados superiores, lo que dificulta mucho más el seguimiento del progreso y la intervención en una etapa temprana para apoyar a los niños que tienen dificultades. Las brechas de aprendizaje son más difíciles de cerrar más adelante, no solo para los niños a nivel individual, sino también para países enteros que tienen dificultades para recuperar el terreno perdido.

Desarrollar un consenso

Como indiqué en un blog el mes pasado, hemos enfrentado obstáculos importantes en el camino hacia esta reclasificación. Uno ha sido definir un estándar de competencia mínima para el aprendizaje en la primera infancia que sea ampliamente aplicable en todos los países. Para avanzar, el UIS reunió a representantes de casi todas las iniciativas de evaluación transnacional y regional y negoció un acuerdo sobre un conjunto propuesto de definiciones sobre las habilidades y los niveles de desempeño que todos los niños deberían adquirir (Cuadro 1).

Otro obstáculo fue la preocupación de algunos países, principalmente los más ricos, de que medir los resultados del aprendizaje de los niños pequeños podría resultar en una cultura de exámenes generalizados con consecuencias negativas para el desarrollo de los niños y los sistemas educativos. Es digno de reconocimiento que dichos estados miembros dejen de lado esas preocupaciones legítimas para analizar el panorama general. En otras palabras, se necesita una medida del aprendizaje en los grados iniciales para mantener el enfoque en cómo reducir la cantidad asombrosamente grande de niños en los países más pobres del mundo que no aprenden casi nada tras varios años en la escuela. En las palabras del Enviado Especial de la ONU para la Educación Mundial, la “lucha por los derechos civiles de nuestra generación”.

La situación en el terreno

Las partes interesadas de la comunidad educativa también han desempeñado un papel fundamental en la promoción de la reclasificación. Desde que se adoptaron los ODS en 2015, Pauline Rose, de la Universidad de Cambridge, ha argumentado que, para cumplir con los ambiciosos objetivos educativos, debemos realizar el seguimiento del aprendizaje de los niños desde los primeros grados de escolarización.

Harry Patrinos, del Banco Mundial, ha destacado recientemente la importancia de garantizar que los primeros años de escolarización resulten en un aprendizaje, medido por la capacidad de un niño para leer y entender lo que lee. Esto apunto al acceso al currículo y, por lo tanto, es un buen indicador de si un sistema educativo está haciendo su trabajo. Como señala, la lectura los convierte en aprendices independientes de por vida, reduce el costo de la educación, y aumenta la eficiencia del gasto público.

Otros expertos han proporcionado ejemplos prácticos de lo que funciona. Rukmini Banerji, de Pratham, ha descrito el impacto transformador de las evaluaciones en los grados iniciales para Meera, una estudiante de Rajasthan, que había pasado años en la escuela pero aprendido muy poco, algo que solo salió a la luz cuando su escuela participó en una evaluación para el programa Read India de Pratham. Gracias a un trabajo intensivo para ayudarle a ponerse al día, ahora está en el 10º grado y tiene grandes esperanzas de convertirse en maestra.

Hilaire Hounkpodote, coordinadora de la evaluación regional de PASEC para África Occidental y Central, ha descrito cómo PASEC plasma la lectura y las matemáticas en el 2º grado de una manera regionalmente comparable, y cómo esto contribuye al seguimiento de los ODS.

Hannah-May Wilson, de la Red PAL, demostrando cómo datos valiosos pueden provenir de fuentes relativamente nuevas, ha descrito el enfoque de la evaluación dirigida por los ciudadanos, que proporciona datos sobre la lectura y las matemáticas tempranas en los países donde los gobiernos no producen datos nacionales sobre el aprendizaje.

La decisión tomada en Estocolmo esta semana representa un voto de confianza en el trabajo de todos estos expertos y del UIS como un coordinador que genera consenso y como un líder técnico con experiencia metodológica. Las herramientas desarrolladas por el UIS ya están listas para el seguimiento del Indicador ODS 4.1.1. Ahora se ha dado la luz verde y estamos listos para empezar.