El mes próximo, el Informe GEM publicará un resumen desglosado de las cifras sobre la ayuda mundial para la educación en su documento de política anual. Pero los resultados no parecen buenos. “Los países pobres sufren a medida que los niveles de ayuda bajan por segundo año consecutivo” y “Nuevas cifras sobre la ayuda revelan una increíble falta de ambición” son algunos de los encabezados en respuesta a la publicación de los niveles de ayuda total la semana pasada.
Tras esta noticia, el Banco Mundial analizó las cifras del punto de vista de las remesas, mostrando que los migrantes de África son los principales contribuyentes a los flujos al continente, por un total record de 46 mil millones de dólares, mucho más de los 27 mil millones de dólares que se recibieron en ayuda externa el mismo año.
El Informe GEM 2019 analizó en qué medida estos flujos financieros beneficiaron a la educación. Usando las cifras de las remesas de 2017, nuestros cálculos mostraron que las remesas incrementaron el gasto en la educación por más del 35% en 18 países de África y Asia y por más del 50% en América Latina.
Dado este potencial, el Informe se une a los llamados a que los costos de transferencia de las remesas se reduzcan a la meta de la ONU de 3% del promedio actual de 7%. Estimamos que tan solo esta medida incrementaría el gasto en la educación de los hogares a nivel mundial por mil millones de dólares por año.
Cabe recordar que uno de cada cinco dólares gastados globalmente en la educación proviene de los hogares, no de los gobiernos. Y que la proporción es aún mayor en los países pobres. Para estas familias, cada dólar que reciben de los familiares migrantes cuenta.
Los hogares en India rural que reciben remesas gastaron un 17% más en la educación que aquellos que no recibieron dicho apoyo. En Marruecos, las remesas representaron un 17% del gasto educativo de los hogares tanto en zonas rurales como urbanas. Las familias de los trabajadores filipinos en la República de Corea triplicaron su gasto en salud y educación.
También se ha señalado que las remesas mejoran los resultados educativos. En República Dominicana, las remesas incrementaron la probabilidad de asistencia escolar entre aquellos de 6 a 17 años. En Filipinas, un incremento del 10% en las remesas internacionales disminuyeron el trabajo infantil no pagado por más de tres horas por semana. En Marruecos, era 11 puntos porcentuales más probable que los niños de hogares que recibían remesas asistieran a la escuela que aquellos de los hogares que no las recibían.
Sin embargo, un hallazgo cautelar de nuestro análisis es que los efectos de las remesas en los resultados educativos pueden diferir según el género. En Jordania, las remesas solo tuvieron un impacto positivo en la participación en la educación post-obligatoria entre los hombres jóvenes. En Nepal, el efecto de las remesas en la retención fue tres veces mayor para los niños que para las niñas de 5 a 10 años. Por el contrario, mientras que un aumento de 11 dólares en las remesas mensuales resultó en un aumento de un punto porcentual en la tasa de inscripción de los estudiantes de 10 a 17 años en Ecuador, el efecto fue significativo solo para las niñas. La migración de los padres mexicanos a los Estados Unidos se asoció con un aumento de alrededor de 0,7 años en el nivel educativo de las niñas, pero no de los niños.
¿Cómo hacer mejor uso del potencial de las remesas en la educación? Un área clave de necesidad, tanto para la educación como para otros sectores, es una mejor educación financiera para los migrantes. Nuestro análisis encontró que solo entre un cuarto y un tercio de los adultos tienen conocimientos financieros en los principales países receptores de remesas. Por lo tanto, tanto en los países de envío como en los de recepción, se puede coordinar la educación financiera para los migrantes. Las iniciativas exitosas involucran a los migrantes en su desarrollo, brindan información relevante a los hogares, proporcionan dicha información en el momento en que se toman las decisiones financieras, prestan especial atención a las mujeres y otros grupos desfavorecidos, se integran a la provisión de servicios financieros y de migración, y están bien coordinados.
