Arreglando el pasado: Conflicto, desplazamiento y educación en Iraq

Alison Oswald, autora de un documento de antecedentes sobre Iraq para el Informe GEM sobre los Estados Árabes 2019 sobre migración, desplazamiento y educación

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Estudiantes desplazados y repatriados en la provincia de Ninewah.
Foto de People in Need

El mes pasado, cuatro mil niños se inscribieron para el nuevo año escolar en el campamento de Hamam al Alil en Iraq, pero no había maestros y las clases nunca empezaron.

Aunque muchos desplazados internos han regresado a sus hogares, 1.444.500 iraquíes siguen desplazados, y la mayoría de los hogares de desplazados internos dicen que no tienen la intención de regresar a sus hogares el próximo año.  La evidencia indica que los desplazados internos, especialmente en los campamentos, son más vulnerables que los repatriados y los que permanecen en su hogar y puede que hayan sido más vulnerables económica o socialmente incluso antes del conflicto. El desplazamiento persistente o múltiple y la falta de acceso a la educación y a otros servicios esenciales refuerzan aún más la vulnerabilidad y limitan las oportunidades de recuperación.

Es difícil determinar cuántos niños desplazados no asisten a la escuela en Iraq, pero los cálculos aproximados que utilizan datos de población de la Organización Internacional para las Migraciones y datos de distribución por edades y de matriculación de la Evaluación de Necesidades de Grupos Múltiples de 2019 y la Encuesta de Grupos de Indicadores Múltiples de 2018 indican una cifra posible de 170.000 niños y niñas.

Los desplazados internos se concentran en regiones específicas de Iraq; la mayoría vive en las provincias afectadas por el conflicto de Ninewah, Anbar y Salah al Din o en las provincias de Erbil, Suleymaniyah y Duhok en la Región de Kurdistán de Iraq (RKI).  La estructura de las escuelas, el currículo y los idiomas de instrucción en RKI son diferentes a los de las áreas del Gobierno Federal, y los desplazados internos participan en un sistema escolar paralelo mal financiado. Estas provincias, que son las menos capaces de proporcionar educación a los niños desplazados, acogen al 81% de los desplazados internos, mientras que las otras trece provincias de Iraq solo acogen al 19%.

Son muchos los factores que influyen en la participación de los niños desplazados en la educación, como se detalla en el Informe GEM sobre los Estados Árabes 2019. Al igual que en el campamento de Hammam al Alil, hay una escasez generalizada de maestros, una calidad de instrucción deficiente y niños que han sufrido traumas y pérdidas. Las condiciones de las escuelas también son deficientes, con aulas dañadas, clases sobrepobladas, materiales de enseñanza y aprendizaje limitados e instalaciones sanitarias y agua potable insuficientes.

Los desplazados internos que asisten a la escuela no están aprendiendo de manera efectiva: evaluaciones no publicadas de la UNESCO, el Consejo Noruego para los Refugiados y Save the Children muestran que las habilidades de lectura y matemáticas de los niños están significativamente por debajo del nivel de grado. Esto dificulta que los estudiantes cumplan con los requisitos académicos y aumenta las tasas de deserción. Las condiciones familiares también pueden impedir que los niños asistan a la escuela: la incapacidad de pagar los costos asociados con la asistencia escolar es la razón más frecuente de no asistencia citada por los hogares de desplazados internos, seguida por los problemas de salud psicológica o física y la falta de interés de los niños en la educación. Es especialmente probable que las niñas no asistan.

documentsLas políticas educativas insensibles a los conflictos están expulsando a los niños de la escuela y dificultando su regreso a ella: los niños solo pueden inscribirse durante los primeros 50 días del año escolar, por ejemplo, y las escuelas pueden negarse a inscribir a un niño sin los documentos de identidad y escolares requeridos. Los estudiantes que han faltado menos de dos años a la escuela son asignados de acuerdo a la edad en lugar del último grado que completaron, es decir saltando hasta dos años de instrucción sin ningún apoyo de recuperación, y los niños que han faltado más de dos años a clases no pueden regresar a una escuela normal. Estas políticas son desastrosas para las familias desplazadas y hay un gran número de niños desplazados que no asisten permanentemente a la escuela y que no tienen medios para regresar.

¿Qué sucede con los niños que no participan en la educación? Una encuesta inédita del mercado laboral de Save the Children documenta que es más probable que los jóvenes con educación limitada participen en empleos peor pagados y de mayor riesgo, y una investigación no publicada del Informe GEM y de UNICEF indica que existe una correlación entre el estatus de no escolarizado, el matrimonio precoz y la asociación con grupos armados.

Más allá del impacto que el acceso deficiente y la calidad de educación pobre tienen en los niños y las familias, hay consecuencias mayores para Iraq como nación, además de aquellas de una población sub educada. La mayoría de los desplazados internos son musulmanes sunitas de las provincias mayoritariamente sunitas afectadas por conflictos. En el futuro competirán con musulmanes chiitas de provincias no afectadas por el conflicto. A medida que los niños desplazados internos alcanzan la edad adulta temprana y descubren que no tienen las mismas oportunidades académicas y económicas que sus compañeros de zonas no afectadas por el conflicto, la tensión existente a causa del conflicto sectario y la mala gobernanza puede verse agravada.

¿Qué debe hacerse para abordar el impacto del conflicto en el acceso a la educación?

Iraq no puede permitirse continuar con un enfoque educativo que no funciona y que aumenta en lugar de mitigar el riesgo de conflicto.  Resultan algunas recomendaciones clave:

  1. Invertir en la educación: En comparación con otros países de la región, el gasto en la educación es bajo en Iraq. Aumentar la proporción del presupuesto nacional para la educación financiaría el fortalecimiento del sistema para mejorar la calidad y el acceso de todos los niños, ya sean desplazados internos, repatriados, aquellos que permanecieron en su hogar o los no afectados por el conflicto. El enfoque actual para la asignación del presupuesto no reconoce que los niños desplazados internos necesitan apoyo adicional para colmar las brechas educativas. Aumentar el presupuesto asignado a las zonas afectadas por el conflicto y de acogida de un gran número de desplazados internos ayudaría a hacer frente a esas desigualdades.  Este enfoque de la asignación presupuestaria tendría que gestionarse cuidadosamente para evitar el aumento de las tensiones políticas, pero aborda de forma preventiva el riesgo de conflicto.
  1. Elaborar políticas educativas que tengan en cuenta los conflictos: Los enfoques flexibles para la documentación, la inscripción y la prestación de apoyo correctivo facilitarían la matriculación y la permanencia de los niños en la escuela.  Ampliar el acceso a los Centros de Aprendizaje Acelerado y aumentar la cobertura para incluir tanto el currículo de primaria como el de secundaria proporcionaría vías alternativas de regreso a la educación formal para los alumnos que no asisten a la escuela y los que tienen una edad superior a la normal.
  2. Mejorar la asignación y capacitación de los maestros: Asegurarse de que haya maestros calificados disponibles cuando sea necesario reducirá el número de alumnos por clase. La capacitación centrada en pedagogías eficaces, especialmente en el desarrollo de aptitudes de lectura, escritura y aritmética y en técnicas de apoyo psicosocial para niños traumatizados, abordaría la calidad del aprendizaje y las necesidades psicológicas.
  3. Poner en funcionamiento un sistema EMIS nacional: La UNESCO ya ha hecho una prueba piloto de un sistema EMIS que puede ampliarse para proporcionar a los decisores a todos los niveles información sobre los indicadores clave de la eficiencia, la eficacia y la equidad de la educación, y permitir una planificación y una presupuestación basadas en datos empíricos y que tengan en cuenta los conflictos.
  4. Desarrollo de actividades de promoción y apoyo técnico basadas en datos empíricos: Los organismos de las Naciones Unidas y las ONG pueden abogar por las necesidades de los niños desplazados internos utilizando datos para identificar y explicar las necesidades críticas y proporcionar apoyo técnico para la planificación y el seguimiento a nivel nacional y provincial con base en su experiencia en otros contextos de emergencia y de educación para el desarrollo.
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