Las ciudades deben contribuir a que la educación se use para ayudar a que los migrantes y refugiados se sientan incluidos

coverHoy, el Informe GEM publicó su 40º documento de política previo al Foro Mundial de Refugiados del ACNUR que se celebrará el mes próximo para conmemorar el primer aniversario del Pacto Mundial sobre los Refugiados. El documento destaca el papel cada vez más importante que desempeñan las ciudades en el uso de la educación como herramienta para la inclusión de las personas en movimiento. Hace un llamado a las organizaciones internacionales y no gubernamentales para que reconozcan a las ciudades como socios y a los gobiernos para que clarifiquen y apoyen el papel de las ciudades en la educación.

Las personas que se desplazan tienden a concentrarse en zonas urbanas, ya sea que vengan de zonas rurales o que hayan cruzado una frontera. Muchos de aquellos que viven en las ciudades nacen en el extranjero, por ejemplo, el 46% en Toronto el 62% en Bruselas, el 83% en Dubai y el 39% en Sydney. Los desplazados por la fuerza también suelen acabar en las ciudades: alrededor del 60% de los refugiados del mundo viven en zonas urbanas.

Actualmente, muchos migrantes en los países más pobres terminan en barrios marginales con acceso limitado a una educación gratuita. En los países más ricos a menudo están segregados en escuelas en barrios desfavorecidos. En Francia, por ejemplo, en 2007, era más probable que los inmigrantes participaran en clases donde el 15% de sus compañeros también eran inmigrantes. En el estado alemán de Hesse, alrededor del 41% de los niños que no hablaban alemán en el hogar iban a guarderías donde al menos la mitad de los demás niños tampoco hablaban alemán. En Turquía, un análisis del mercado inmobiliario indicó que los nativos se mudaban de los barrios donde se habían establecido los refugiados sirios.

Sin embargo, el nuevo documento, “Defender el derecho a la ciudad para todos”, muestra que muchas ciudades, particularmente en países de ingresos bajos y medios, no tienen un mandato y tienen poco apoyo financiero para abordar el problema. Un análisis de Amman, Beirut, Tánger y Túnez, donde existen importantes flujos de población migrante o refugiada, mostró que no tenían ninguna autoridad para brindar servicios educativos. Un análisis adicional de 23 ciudades donde hay comunidades de migrantes y desplazados encontró que solo 5 tenían un presupuesto dedicado a apoyar sus esfuerzos.

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Image: Newtown Grafitti

Con base en un documento de antecedentes preparado por el equipo del Informe GEM para la Conferencia Internacional sobre Ciudades del Aprendizaje en Medellín, el documento de política muestra cómo las ciudades que definen roles claros pueden contribuir significativamente a mejorar el acceso a la educación. Algunas son total o parcialmente responsables de la educación de la primera infancia o la educación primaria, como es el caso en Francia, Italia y Alemania, y tienen el poder de abrir el acceso a las personas en movimiento. Hace unos años, cita el documento, Turín en Italia decidió no aplicar una ley que requería un permiso de residencia para acceder a la educación, encabezando un cambio en la política nacional. La ciudad de Zúrich, en Suiza, brinda un promedio de CHF40,000 por año a las escuelas donde más del 40% de los estudiantes tienen antecedentes inmigrantes para apoyar el desarrollo de habilidades lingüísticas y de lectura.

Muchas ciudades ayudan a mejorar las habilidades lingüísticas, ya sea a través de servicios en línea como en Alemania, o de cursos de idiomas como en Italia con servicios de cuidado de niños adjuntos para que las mujeres migrantes puedan asistir. Sao Paolo ofrece 600 lugares en escuelas municipales para aprender portugués como segunda lengua.

También se priorizan los vínculos entre escuelas y migrantes. En Frankfurt, Alemania, las madres y los padres inmigrantes asisten a las clases de sus hijos en la guardería y la escuela primaria dos veces por semana; Linkoping en Suecia capacita a tutores con conocimientos de somalí o árabe para que actúen como “personas de enlace” para los padres.

Las ciudades también ayudan a combatir la discriminación con campañas de sensibilización o fomentando intercambios entre los habitantes. Valongo en Portugal creó un proyecto de la Biblioteca Humana, llamado “No juzgues un libro por su portada”, a través del cual las personas pueden ser “prestadas” como si fueran un libro para responder preguntas sobre una variedad de temas. Oslo en Noruega organizó un festival comunitario para alentar el intercambio intercultural, y Seúl en Corea organizó un Festival Mundial de Cine Migrante durante más de una década.

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El documento hace recomendaciones para cuatro actores principales:

Los gobiernos de las ciudades deben planificar la educación de manera inclusiva y sostenible, consultando con los migrantes y refugiados en la fase de planificación y asegurando que puedan beneficiarse de las herramientas de política existentes que promueven la inclusión en la educación.

Los gobiernos nacionales deben aclarar el papel de las ciudades y promover redes entre ciudades para que puedan aprender de las experiencias de los demás y compartir recursos escasos.

Las organizaciones internacionales deben reconocer a las ciudades como socios. También pueden ayudar a desarrollar las capacidades técnicas y de gestión de las ciudades… por ejemplo, financiando inversiones en la educación profesional.

Las organizaciones no gubernamentales deben ayudar a garantizar que se escuchen las voces de los migrantes cuando los servicios educativos se diseñan y brindan en las ciudades, y ejercer presión para que se logre una mayor coordinación entre las autoridades locales y otros departamentos nacionales.

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