Covid-19: ¿Cómo está enfrentando Grecia el cierre de escuelas?

Al igual que otros países del mundo, Grecia se ha enfrentado a dos retos principales en su respuesta a la pandemia del coronavirus: impartir educación a distancia y gestionar el aplazamiento de los exámenes. También han aparecido otros desafíos, que muestran que ningún enfoque se adapta a todos los países. El Covid-19 obliga a todos los responsables de la formulación de políticas a adaptarse en permanencia.

La educación a distancia como desafío y oportunidad

En algunas partes del país, el cierre de escuelas empezó el 5 de marzo, una de las medidas que acreditan el aumento relativamente lento de las tasas de infección. El Ministerio de Educación y Asuntos Religiosos ha respondido a la crisis calificándola de oportunidad para llevar a cabo las tan esperadas reformas para el desarrollo de las aptitudes digitales de la comunidad educativa. De hecho, la crisis ha coincidido con la prestación a los ciudadanos de una amplia gama de servicios en línea, largamente esperados, más allá de la educación.

Las intervenciones se escalonaron inmediatamente después de los cierres, y se dio prioridad al último año de la enseñanza secundaria. Todas las escuelas secundarias habían hecho arreglos de enseñanza a distancia para el 23 de marzo, fecha en que empezó a implementarse en las escuelas primarias.

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Foto: Image: Στέλιος Δ.

Sin embargo, esta tarea se complicó por el legado de la gran crisis financiera, que ha retrasado las inversiones necesarias en TIC y ha profundizado la pobreza: según los datos de la OCDE basados en el PISA 2018, 1 de cada 5 estudiantes que asisten al cuartil más pobre de las escuelas griegas no tiene acceso a una computadora que pueda utilizar para sus tareas escolares, mientras que 1 de cada 10 no tiene acceso a Internet. Más de 1 de cada 3 estudiantes asisten a escuelas cuyos directores sostienen que sus maestros no tienen las aptitudes técnicas y pedagógicas necesarias para integrar los dispositivos digitales en la enseñanza. En total, 4 de cada 10 estudiantes asisten a escuelas cuyos directores reconocen que no disponen de una plataforma eficaz de apoyo al aprendizaje en línea.

Desde 2011, los fondos estructurales de la Unión Europea han ayudado a Grecia a establecer la infraestructura básica de la escuela digital. Estas fueron implementadas por el Instituto de Tecnología Informática y Prensa, el brazo del Ministerio que promueve las TIC en la educación. Todas las escuelas y todos los maestros –pero solo uno de cada cinco estudiantes– se registraron en la Red Escolar antes de la llegada del Covid-19. Al llegar la pandemia, el Ministerio también publicó instrucciones para el uso de la enseñanza asincrónica y sincrónica.

La enseñanza asincrónica, que no es en tiempo real, es obligatoria, y se espera que cada maestro cargue sus lecciones y tareas, con el apoyo de:

  • recursos, como libros de texto interactivos (e-books) y otros materiales de aprendizaje (Photodendro), así como planes de lecciones digitales (Aesop); y
  • dos plataformas de educación digital, e-me y e-class para estudiantes y maestros.

Se admite la enseñanza sincrónica y en tiempo real:

  • a través de los servicios Webex; para hacer frente a las desigualdades, el Ministerio ha garantizado el acceso a través de líneas fijas y de teléfonos móviles de forma gratuita tras un acuerdo con los tres proveedores de telefonía móvil;
  • a través de la plataforma sch.gr de la Red Escolar, que utiliza el software abierto de Big Blue Button (Gran Botón Azul) y puede funcionar en smartphones y tabletas

Desafíos digitales

A pesar de una postura proactiva para abordar el reto de la educación a distancia, hubo que superar varios desafíos a lo largo del camino. Para empezar, durante la fase de aplicación hubo problemas de sobrecarga de la red, lo que obligó al Ministerio a colaborar con los proveedores de servicios para identificar formas de liberar la presión. También se reactivó, el 30 de marzo, la televisión educativa para la enseñanza primaria, ajustada a las necesidades actuales; se ha estimado que 100.000 estudiantes han seguido sus programas.

No todos los maestros y estudiantes tenían el equipo necesario. El gobierno aprobó una ley de emergencia que regula las cuestiones relacionadas con la respuesta del sistema educativo, que permitirá la adquisición pública de bienes (por ejemplo, computadoras portátiles, dispositivos y programas informáticos) y servicios (por ejemplo, la comunicación con los maestros y los estudiantes) sin competencia. En el contexto de un sistema rígidamente centralizado, la ley también permitió a las universidades gastar hasta €60.000 sin permiso previo para adquirir equipo para impartir enseñanza a distancia.

Además, aunque los 166.000 maestros estaban registrados en la Red Escolar, el registro de los estudiantes de primaria y secundaria se retrasó inicialmente y todavía no se ha completado: de 1,3 millones de estudiantes, 460.000 se registraron el 24 de marzo y 913.000 el 9 de abril. En lo que refiere a la enseñanza sincrónica, 72.000 maestros habían realizado 114.000 clases simultáneas desde el cierre de la escuela, ritmo que se ha acelerado con 23.000 clases diarias reportadas la semana pasada.

La preparación de los maestros ha sido otro desafío. Los maestros de informática, en particular, están preocupados por el tiempo que dedican a apoyar a sus colegas, además de impartir sus propias clases. Varios maestros expresaron su preocupación por la privacidad, la protección de datos e incluso los derechos de autor de las lecciones que cargan. Algunos han cuestionado la elección entre plataformas impuestas centralmente y las seleccionadas por los maestros. El sindicato de maestros de enseñanza primaria ha pedido la libertad de elección en el uso de las plataformas y se ha opuesto a que el uso de la enseñanza a distancia sincrónica sea obligatorio, alegando que no es posible garantizar la implementación para todos los estudiantes.

Resolviendo el enigma de los exámenes

Otra cuestión debatida ha sido la duración del año escolar y el calendario del examen de ingreso a la universidad –centralizado y de gran consecuencia– de Grecia. Inicialmente se previó que los exámenes solo se retrasarían unos pocos días, pero, al perderse el optimismo sobre una pronta reapertura de las escuelas, se estudiaron tres posibles respuestas: extender el año escolar, incluyendo el funcionamiento de las escuelas los sábados o acortando la duración de las clases; reducir el currículo que se iba a estudiar; y/o aplazar la fecha de los exámenes un mes hasta finales de junio o principios de julio. Los estudiantes y las familias presionaron para que no se aplazaran hasta septiembre a fin de evitar los costos financieros adicionales de las clases particulares adicionales, que muchas familias pagan.

Se tomó la decisión de restringir el currículo para los exámenes a lo que se había enseñado hasta mediados de marzo. Los exámenes deberán realizarse en las escuelas, pero la modalidad precisa y el traslado de los estudiantes y supervisores a los centros de examen se hará en consulta con las autoridades sanitarias. En cambio, se anticipa que los exámenes de graduación se cancelarán.

La crisis también ha generado otros problemas

Entre las peculiaridades de la crisis del coronavirus en el país ha sido el cierre de hoteles, que a menudo alojan a maestros temporales en las islas fuera de los meses de verano. Se emitió un reglamento especial en el que se solicitaba que los hoteles estuvieran exentos de los cierres para que pudieran seguir albergando a los maestros. También se ha pedido a esos hoteles que acojan a los estudiantes cuyas residencias se hayan visto obligadas a cerrar.

En la enseñanza superior, los estudiantes tienen derecho a libros de texto gratuitos. Dado que los puntos de distribución han sido cerrados debido al cierre, se han hecho arreglos para que los libros de texto impresos sean entregados a domicilio, un costo que será cubierto por los editores. Sin embargo, el Ministerio también ha ampliado la disponibilidad de los libros de texto en línea.

Por último, también ha habido controversia sobre la obligación de los padres de pagar las cuotas en las escuelas privadas y en las escuelas “en la sombra”. El Ministerio de Educación dictaminó que no se debe esperar que los padres paguen ninguna cuota por servicios no prestados, como las comidas escolares, el transporte o las actividades extracurriculares. No se puede despedir a ningún maestro de escuela privada durante este período.

Como en todas partes del mundo, la pandemia obliga al sistema de educación pública griego a abordar cuestiones que antes eran intratables. Los dirigentes políticos ven en la crisis una oportunidad para conceder más autonomía a los maestros, promover las asociaciones entre el sector público y el privado, y enseñarles aptitudes de carácter general, como la flexibilidad, la adaptabilidad, la empatía social y la responsabilidad. Por otra parte, dado que la crisis sanitaria pone de relieve la necesidad de invertir en la educación, una inminente recesión financiera dificultará aún más esta tarea en los próximos años.

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