A student on an empty classroom in Panama City, Panama, on 16 Sept 2020. A generation of children in Latin America and the Caribbean are missing out on schooling because of COVID-19. Due to the pandemic, 97 per cent of the region’s students have been deprived of their normal schooling. More than seven months into the pandemic, COVID-19 is putting education on hold for more than 137 million children in Latin America and the Caribbean. This is according to a new UNICEF report about the devastating impacts of COVID-19 on education.   Since the start of the pandemic, children in Latin American and the Caribbean have already lost on average four times more days of schooling (174) compared to the rest of the world. In a region with over 11 million cases of COVID-19 to date, most students are now at risk of missing out on an entire school year. While schools are gradually reopening in several parts of the world, the vast majority of classrooms are still closed across the region. Almost half of all countries in Latin America and the Caribbean have yet to set a date for school reopening.    The report also finds that COVID-19 has further widened the education gaps between rich and poor families in Latin America and the Caribbean. New UNICEF data shows that the percentage of children not receiving any form of education across the region has soared dramatically, from 4 to 18 per cent in the past few months. UN projections reveal that COVID-19 may push up to 3 million additional children out of school in Latin America and the Caribbean. While 1 in 6 schools lack access to water in Latin American and Caribbean, UNICEF calls upon governments to urgently accelerate the preparedness for safe reopening of schools by installing water, sanitation and hygiene facilities, training teachers and adopting more inclusive learning approaches.   Whil

Educación del alumnado con discapacidad en Cuba

Por Elsie Alejandrina Pérez Serrano, Profesora y tutora del Departamento de Ciencias de Lenguaje, Educación y Comunicaciones de la Universidad Internacional Iberoamericana – UNINI y autora del estudio de caso sobre discapacidad de Cuba preparado en el marco del Informe GEM 2020 América Latina y el Caribe- Inclusión y educación todos y todas sin excepción

Cada tres de diciembre las instituciones educativas y culturales en Cuba, las organizaciones políticas y de masas y la sociedad en general, se incorporan a las celebraciones por el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Esa fecha se dirige a un recuento de los avances alcanzados, acusar los desafíos que se enfrentan y difundir los proyectos para lograr una educación inclusiva que garantice a estas personas una vida adulta digna y plena como miembros de la sociedad.

Credit: © UNICEF/UN0359844/Schverdfinger

Un estudio que realizamos en el marco del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo – 2020 América Latina y el Caribe – Inclusión y educación: Todos y todas sin excepción entrevé avances y retos de la educación inclusiva en el escenario cubano, lo cual comentamos brevemente en este texto. La educación en Cuba es política de estado y el gobierno prioriza su financiamiento lo cual se confirma en datos como: un analfabetismo residual de 0,2 por ciento, el grado escolar promedio es de 10.1 años y, desde el 2004, el diez por ciento del PIB se dedica a gastos en esta esfera.

Se dispone de un marco legal y políticas públicas para el área que no se restringen al aseguramiento logístico y el establecimiento de normas generales de funcionamiento, sino que proyecta enfoques didácticos, metodológicos y pedagógicos de los procesos formativos del alumnado con discapacidad. No obstante, el marco legal es disperso y evidencia la necesidad de progresar hacia una ley que articule y actualice las normativas. Subsecuentemente, será posible solucionar las carencias que muchos enfrentan, principalmente, de vivienda y recursos financieros para satisfacer las necesidades de alimentación y movilidad en un escenario económico de crisis sostenida que impacta en la población más vulnerable. En el 2020, el Departamento Estadístico del Ministerio de Educación actualiza el 4 por ciento de la población tiene una discapacidad.

En el año 1996 se crea el Consejo de Atención a Personas con Discapacidad (CONAPED) presidido por el Ministerio del Trabajo y la Seguridad Social, de cuya labor surge en 2006 el Plan de Acción Nacional para la Atención a las Personas con Discapacidad.

Diagnóstico continuo y evaluación

Los logros alcanzados tienen sus bases en el conocimiento de la población con discapacidad, sus particularidades y demandas en múltiples áreas: salud, educación, empleo, vivienda y acceso a los diferentes espacios culturales, deportivos, medios de comunicación, transporte y edificaciones, entre otros.

Las políticas educativas contribuyen a un proceso de diagnóstico escolar que incorpora una institución especializada a tal fin: el Centro de Diagnóstico y Orientación con sede en cada uno de los 169 municipios de las quince provincias del país y el municipio especial Isla de la Juventud. Igualmente, mediante estructuras organizativas como la Comisión Psicopedagógica en cada escuela primaria, la Comisión de Apoyo al Diagnóstico de la escuela especial y la Entrega Pedagógica que se realiza al finalizar el grado, ciclo y nivel educativo incluyendo la educación superior.

Ambas comisiones, garantizan la participación de los y las docentes y las familias en los procesos de identificación, detección y evaluación psicopedagógica de las demandas, no solo del alumno con necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad sino de todo el alumnado y organizan la respuesta educativa correspondiente. La entrega pedagógica constituye la retroalimentación del docente saliente responsable de los alumnos al que los recibe en el grado siguiente, estableciendo un eslabón de continuidad entre los ciclos y niveles que integran el sistema educativo.

Currículo, material pedagógico, modalidades de educación

Un avance notable es que la escolarización del alumnado con discapacidad se realiza en todo el sistema educativo, mediante modalidades de atención que incluyen la escuela común de todos los niveles, el hogar familiar e instituciones de salud y mantiene la escuela especial como principal centro de recursos. De esta forma, la concepción da la educación especial es sistémica y se despliega en las múltiples instituciones educativas por las cuales el alumno transita en correspondencia con los progresos que se van alcanzando, empero es limitada la educación del alumno con doble excepcionalidad.

El currículo y el material docente que se utiliza en el proceso de enseñanza y aprendizaje es el mismo de la escuela regular, con una concepción flexible que permite incorporar las adaptaciones curriculares que demanda el alumno con discapacidad. De acuerdo con el nuevo sitio web del Informe GEM, PEER, el marco legal cubano considera plenamente a los niños, niñas y adolescentes como personas con derechos individuales y promueve su educación en diferentes entornos. En el año 2019 la cantidad de alumnos escolarizados en distintos centros era: escuela regular, 102 477, escuela especial, 33 639, educación técnica y profesional, 1070, y educación superior, 180. Sin embargo, el alumnado con discapacidad intelectual muestra las cifras más bajas de escolarización en la escuela regular y mayores en las escuelas de oficios, de las 51 que funcionan en el país y una matrícula que supera los 4 000 estudiantes, el 15 por ciento son egresados de las escuelas especiales según datos de UNICEF-Cuba en el 2020.

La estrategia de tránsito y egreso que se diseña para cada alumno de la escuela especial facilita la continuidad de estudio en otros niveles educacionales. De 10 598 escuelas existentes en el país en el año 2019, son especiales 342 (3 por ciento). En la mejora de la calidad de la educación influye el intercambio con especialistas de diferentes países y el incremento da actividad científica e introducción de sus resultados en la práctica educativa. También, se han fortalecido la educación artística y el movimiento de Olimpíadas Especiales contribuyendo al disfrute y la formación integral.

Unidad escuela, familia y comunidad

Entre los pilares de la educación básica de nueve grados obligatorios -seis de primaria y tres de secundaria- encuentra la unidad de influencias entre los agentes educativos del hogar, la escuela y la comunidad. En medio de la crisis generada por el Covid-19 que llevó a la interrupción del curso escolar en todas las instituciones del país, esta unidad ha favorecido la mantención de las clases desde los hogares por medio de teleclases. Las teleclases incluyen una franja dedicada a la educación especial, donde en el marco de la pandemia de la Covid-19 se han publicado orientaciones a la familia de educandos con necesidades en el área intelectual y orientaciones para la organización de las actividades en el logar durante el período de aislamiento. Los programas cuentan con interpretación en lengua de señas.

La educación cubana posee vasta experiencia en la utilización de la radio y la televisión para cursos de alfabetización y educacionales. Existe un canal educativo que se convirtió en soporte para la educación a distancia, modalidad que se ajusta más a las condiciones del país pues aún es limitado y costoso el acceso al internet para las vías virtual y en línea.

Para finalizar, el principal desafío de la escuela cubana es perfeccionar el proceso de enseñanza aprendizaje para potenciar las capacidades de todo el alumnado. En vínculo con ello la formación profesional, pues, aunque todos los docentes y directivos poseen formación pedagógica y se dispone de profesores de apoyo capacitados, es limitada la preparación de los docentes, desde la primera infancia hasta la educación superior, para la educación del alumnado con discapacidad.

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