“Nadie nos oye” dijo un joven trans de 17 años sobre sus experiencias en la escuela

Hoy, en el Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia, hemos publicado un nuevo documento de política, Don’t look away (No mires a otro lado), junto con la Organización Internacional de Jóvenes y Estudiantes Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Queer e Intersexuales (IGLYO), con los resultados de una nueva encuesta y un análisis que muestran niveles inaceptables de discriminación y acoso en la educación. El documento se presenta hoy en una conferencia mundial sobre la promoción de los derechos y la inclusión de los jóvenes LGBTI+ en París, coorganizada por Mouvement d’Affirmation des Jeunes Gais, Lesbiennes, Bi & Trans (MAG), Out Right Action International, la Mairie de París y el Gobierno de Austria, y en el que participarán Anne Hidalgo, alcaldesa de París, así como de tres ministros franceses, le Drian, Blanquer y Moreno, y Wendy Morton, Ministra de Vecindad Europea y las Américas del Reino Unido.

Foto: jglsongs

Estoy bastante enfadado con el sistema porque todos dicen que puedes ser quien quieras, que puedes ser libre, que puedes expresarte en la escuela. Y luego, si intentas ser diferente, recibes reacciones negativas. Así que no es cierto”, dijo un estudiante intersexual no binario de 19 años que participó en la encuesta de IGLYO.

Según una encuesta de IGLYO realizada a más de 17.000 lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, no binarios, no conformes con el género e intersexuales de 13 a 24 años en Europa, el 54% ha sufrido acoso escolar al menos una vez por su orientación sexual, identidad de género, expresión de género o variaciones de las características sexuales. La encuesta también mostró que el 83% de ellos había sido testigo, al menos a veces, de comentarios negativos hacia los estudiantes LGBTQI, y el 67% había sido objeto de esos comentarios negativos al menos una vez.

Los maestros son fundamentales para ayudar a abordar el acoso, pero muchos carecen de la confianza y los conocimientos necesarios para intervenir. Alrededor del 58% de los estudiantes LGBTQI nunca informaron de incidentes de acoso a ningún miembro del personal escolar y menos del 15% informaron sistemáticamente de sus experiencias de acoso a algún miembro del personal escolar. Las escuelas deben garantizar que se respete la identidad de género de cada educando. Pero menos de 1 de cada 10 encuestados trans, no binarios y no conformes con el género en la encuesta de IGLYO informaron que sus identidades de género siempre se respetaban en la documentación escolar, y 8 de cada 10 informaron de problemas para acceder a los espacios de género de acuerdo con sus identidades de género.

El análisis correspondiente del Informe GEM confirma que la discriminación por motivos de orientación sexual, identidad de género, expresión de género o variaciones de las características sexuales es un fenómeno mundial. En Estados Unidos, el 12,5% de los estudiantes gays, lesbianas y bisexuales declararon no haber ido a la escuela al menos una vez en los 30 días anteriores porque se sentían inseguros en la escuela o de camino a ella, en comparación con menos del 4,6% de los estudiantes heterosexuales. En Nueva Zelanda, era tres veces más probable que los estudiantes LGBTQI sufrieran acoso escolar que sus compañeros. En Japón, el 68% de las personas LGBTQI de entre 10 y 35 años sufrieron violencia en la escuela. En siete países de América Latina, los estudiantes LGBTI podían identificar al menos a un maestro o miembro del personal escolar que les apoyaba, pero la mayoría de los estudiantes tenían una experiencia negativa de las actitudes de los maestros hacia la orientación sexual y la expresión de género.

Los currículos y los materiales didácticos ignoran por completo o tergiversan y patologizan las identidades LGBTQI. Menos de 1 de cada 5 encuestados declaró haber aprendido representaciones positivas de las personas LGBTQI en la escuela. Un estudio reciente descubrió que casi la mitad de los 47 Estados miembros del Consejo de Europa no abordan la orientación sexual, la identidad de género, la expresión de género o las variaciones de las características sexuales en el currículo, 7 lo hacen opcional y solo 19 lo hacen obligatorio.

Proporcionar un entorno de aprendizaje seguro es un paso crucial para lograr la inclusión de los educandos LGBTQI. Un punto de partida fundamental es el compromiso asumido por 56 países en 2016 en el marco del Llamamiento a la Acción de los Ministros, convocado por la UNESCO, para una educación inclusiva y equitativa para todos los educandos en un entorno libre de discriminación y violencia. En consonancia con el Llamamiento a la Acción, el documento contiene una serie de recomendaciones. Para hacer frente de manera eficaz a las amenazas y el acoso contra los estudiantes LGBTQI, se debe acabar con la criminalización o patologización de la orientación sexual, la identidad de género, la expresión de género y las variaciones de las características sexuales, así como la negación de la igualdad de derechos a los estudiantes LGBTQI. La UNESCO y la IGLYO también hacen un llamamiento a los gobiernos y a las escuelas para que implementen la educación en derechos humanos y otras asignaturas, como la historia y los estudios sociales, para introducir a las personas LGBTQI, su historia y su experiencia en el currículo. Estos esfuerzos deben complementarse con la formación y el empoderamiento de los maestros para que apliquen currículos inclusivos, de modo que puedan impartir conocimientos y abordar eficazmente los incidentes y las amenazas.

Estas recomendaciones son fundamentales. Si a los niños se les enseña que solo se acepta a un determinado tipo de personas, eso afectará a su forma de comportarse con los demás. Las escuelas deben ser inclusivas si queremos que la sociedad también lo sea.

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