Una promesa cumplida: más de la mitad de los países establecen referentes nacionales para el ODS 4

Silvia Montoya, Directora del Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU), y Manos Antoninis, Director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM)

Hace dos años abogamos en este blog por una mayor colaboración entre las partes interesadas en la educación a nivel nacional, regional y mundial, sobre la base de una comprensión común de los avances hacia el ODS 4 a través de referentes. Este blog informa sobre los avances realizados.

En 2015, el Marco de Acción Educación 2030 pidió a los países que establecieran “referentes intermedios apropiados (por ejemplo, para 2020 y 2025)” para los indicadores de los ODS, considerándolos “indispensables para abordar el déficit de rendición de cuentas asociado a las metas a largo plazo” (§28). Esto estaba en consonancia con el informe de síntesis del Secretario General de la ONU de 2014, que también pedía referentes, subrayando que para medir el progreso, como parte de una “cultura de responsabilidad compartida”, sería necesario alinear los cuatro niveles de seguimiento de la Agenda 2030: mundial, regional, temático y nacional.

¿Por qué son necesarios los referentes?

Mientras que las metas mundiales pueden ser estandarizadas, los puntos de partida nacionales difieren. Sin referentes asignados por los propios países, no hay una forma concertada de evaluar si están avanzando lo suficiente en relación con las expectativas. En los últimos años, se han usado las “contribuciones determinadas a nivel nacional” en la agenda sobre el cambio climático para movilizar eficazmente a los países. Los referentes del ODS 4 trasladan este enfoque a la educación.

El establecimiento de los referentes del ODS 4 tiene varios objetivos.

  1. Esboza la contribución que cada país está dispuesto a hacer a la agenda mundial, dado que cada país tiene diferentes puntos de partida. Lo ideal es que los referentes nacionales sean más ambiciosos que “lo habitual”, es decir, que vayan más allá de donde los países se encontrarían en función de tendencias pasadas.
  2. En consecuencia, ayudará a contextualizar el seguimiento de los avances para que estén relacionados con lo que los países se proponen lograr.
  3. Como se ha mencionado anteriormente, pretende vincular las agendas de educación nacionales, regionales y mundiales, para que haya coherencia y comprensión mutua de los diferentes contextos.
  4. Pretende centrar la atención en las carencias de datos que quedan en los indicadores clave que todo sistema de educación necesita para su gestión.
  5. Pretende fortalecer los procesos de planificación nacional inculcando una mayor valoración de la inclusión de metas en los planes sectoriales.
  6. Por último, y lo que es más importante, pretende suscitar intercambios sobre retos y buenas prácticas, promover el aprendizaje mutuo, y proporcionar pruebas para las reformas políticas y las iniciativas colectivas. Por ello, el proceso de evaluación comparativa es una estrategia clave que apoya la función de datos y seguimiento del mecanismo de cooperación educativa mundial que se está reformando actualmente.

¿Qué proceso se siguió?

Una vez que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el marco de seguimiento de los ODS en 2017, se empezó a trabajar para seleccionar los indicadores del ODS 4 que serían adecuados para la evaluación comparativa.

  • En 2019, el Grupo de Cooperación Técnica sobre los indicadores del ODS 4 aprobó siete indicadores que cumplían los criterios de pertinencia política y cobertura de datos.
  • En octubre de 2020, la Declaración de la Reunión Mundial sobre Educación sugirió a los países que “aceleraran el progreso y propusieran referentes pertinentes y realistas de los indicadores clave del ODS 4” (§10).
  • El Grupo de Cooperación Técnica trabajó en un proceso para solicitar a los países y, cuando fuera posible, a las organizaciones regionales que presentaran referentes nacionales para 2025 y 2030.
  • En el primer semestre de 2021 se celebraron amplias consultas en colaboración con organizaciones regionales de todas las regiones.
  • A principios de agosto, la Subdirectora General de Educación de la UNESCO invitó a los países a presentar sus valores de referencia nacionales para seis de los siete indicadores seleccionados: participación en la educación de la primera infancia; tasa de no escolarización; tasa de finalización de estudios; nivel mínimo de competencia en lectura y matemáticas; docentes formados; y gasto público en educación. En total, teniendo en cuenta que estos referentes se refieren a múltiples niveles educativos, cada país debe proponer 19 valores de referencia.

La instrucción fue que los países presentaran valores meta para cualquier año, según lo establecido en sus planes nacionales del sector de educación.

Para facilitar este ejercicio, el IEU y el Informe GEM enviaron un modelo con valores de base y recientes para cada indicador y cada país, así como valores indicativos de dónde se encontrarían los países si continuaran con las tasas de progreso medias (mínimo, lo habitual), o si siguieran las tasas de progreso del tercio más rápido de los países (factible), para que sirviera de base de debate en caso de que los países no tuvieran un plan con metas, o sus metas se refirieran a otros indicadores. También recopilamos metas nacionales de los documentos oficiales disponibles públicamente para fundamentar las discusiones individuales con los países; un hallazgo clave es que muchos países carecen de objetivos en sus planes de educación, lo cual es un área que requiere ser reforzada.

Avances en el establecimiento de referentes
Porcentaje de países

¿Dónde estamos?

Como resultado de esta movilización mundial, a 31 de octubre:

  • El 39% de los países ha presentado valores de referencia nacionales. En promedio, se presentaron 11 de los 19 valores de referencia solicitados.
  • Otro 14% de los Estados miembros de la Unión Europea y de la CARICOM se comprometieron con sus respectivas metas regionales, que se han alineado con el ODS 4 para al menos algunos indicadores.
  • Además, el 10% de los países se comprometió a presentar el modelo en las próximas semanas y meses.
  • Los planes nacionales han aportado al menos algunas metas para los indicadores de los referentes para el 18% de los países.
  • Alrededor del 12% de los países tenían planes sin metas.
  • Por último, el análisis reveló que el 8% de los países no tenía planes.

La información sobre los valores de referencia nacionales presentados, los valores de base, y las implicaciones sobre la situación de las regiones y del mundo en 2025 y 2030 si se alcanzan estos referentes, figuran en un nuevo observatorio sobre los referentes, que será un punto central en el proceso de seguimiento. Esto forma parte del Observatorio Mundial de la Educación (GEO), un nuevo portal de datos relacionados con la educación que facilita el acceso a información para la toma de decisiones con el fin de responder a prioridades. Se basa en datos procedentes de diversas fuentes para mejorar el seguimiento de los avances del ODS 4 y de los nuevos compromisos en materia de políticas, incluidos los relacionados con el COVID-19, y se seguirá desarrollando en los próximos meses. 

¿Cuáles son los próximos pasos?

El IEU y el Informe GEM están trabajando en un informe de referencia que analiza los resultados de este proceso y que se publicará en enero de 2022. Esto pondrá en marcha la siguiente fase, en la que habrá que afrontar una serie de retos.

  • Se esbozará un proceso para ayudar a los países a desarrollar objetivos de educación en los casos en los que aún no existan.
  • Se seguirán debatiendo los problemas de desajuste entre los indicadores nacionales y mundiales y se llegará a un terreno común mediante el diálogo y el desarrollo de capacidades.
  • Se establecerán referentes para el séptimo indicador, la brecha de género en la tasa de finalización.
  • Se reforzará el compromiso con las agendas de educación de las organizaciones regionales, que han desempeñado un papel fundamental en la facilitación de este proceso.
  • El efecto potencial del COVID-19 sobre los objetivos de educación se reflejará gradualmente en los referentes nacionales, a medida que vayan surgiendo datos.
  • La presentación de informes sobre el progreso hacia los referentes formará parte del mecanismo de cooperación mundial y servirá de base para el diálogo sobre políticas.

Trabajar estrechamente con los países en la definición de sus ambiciones y en el establecimiento de sus propias metas contribuirá en gran medida a impulsar la consecución del ODS 4; también aumentará el sentimiento de propiedad de los países sobre la importancia de alcanzar el objetivo, al tiempo que nos proporcionará una evaluación mucho más realista de dónde estaremos en 2030 que en la actualidad. Únase a nosotros para felicitar a los países que han participado en el proceso hasta ahora.

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