Tres prioridades para que los países alcancen sus objetivos para la educación de la primera infancia

A nivel mundial, cada vez más niños y niñas de 5 años participan en el aprendizaje organizado. Los países han logrado una mejora de las tasas de asistencia de, en promedio, 0,6 puntos porcentuales al año, pasando del 65% en 2002 al 75% en 2020. Más de siete de cada diez países han establecido puntos de referencia del ODS 4 sobre el progreso que creen que pueden realizar para 2025 y 2030: los valores establecidos para todos los indicadores de referencia pueden consultarse en el Observatorio Mundial de la Educación (GEO, por sus siglas en inglés). Si logran sus metas nacionales, la tasa de participación en la educación de la primera infancia alcanzará el 95% en 2030 a nivel mundial.

Esto es considerablemente más rápido de lo que cabría esperar basándose en las tendencias del pasado. Si lograran mejorar al ritmo de la cuarta parte de los países que históricamente han mejorado más rápidamente, solo alcanzarían el 83%.  ¿Es posible que los países alcancen sus ambiciosas metas para la educación de la primera infancia? Nuestro nuevo informe, presentado con motivo del Día Internacional de la Educación, analiza esta cuestión.

En el marco del proceso nacional para establecer los puntos de referencia para el ODS 4, cada país define sus propias metas, teniendo en cuenta su contexto específico, su punto de partida y su ritmo de progreso. Se trata de un cambio importante con respecto a la presunción de que cada país puede alcanzar el mismo objetivo, lo que resultaba poco realista e injusto para muchos países. Nuestro nuevo informe de hoy evalúa los avances que están realizando los países hacia sus propios puntos de referencia.

A nivel mundial, descubrimos que, entre los países que han establecido puntos de referencia, apenas uno de cada tres está en vías de alcanzarlos. Es más probable que los países de ingresos altos hayan avanzado rápidamente hacia su punto de referencia para 2025 y/o que hayan alcanzado una tasa de al menos el 95%. Pero también hay 14 países de ingresos bajos y medios-bajos que están en vías de alcanzar sus puntos de referencia: Bhután, Burkina Faso, Burundi, Camboya, Côte d’Ivoire, Ghana, Guinea, India, Kirguistán, República de Moldova, Rwanda, Sierra Leona, Vanuatu y Viet Nam.

Estos resultados pueden suscitar la reflexión de los países a la hora de establecer sus agendas en esta materia. Está claro que los países deben establecer un equilibrio adecuado entre una meta demasiado ambiciosa y, por lo tanto, irrealizable, y otra que sea factible y ofrezca motivación a los gobiernos para alcanzarla. Las metas ambiciosas pueden ser políticamente ventajosas porque se usan como muestra de voluntad, pero a largo plazo conllevan un mayor riesgo para la reputación, y también debilitan la medida en que los puntos de referencia pueden utilizarse como mecanismo fiable de rendición de cuentas.

Índices de progreso de los países hacia sus puntos de referencia para 2025 en relación con las tasas de participación en el aprendizaje organizado un año antes de la primaria

¿Cómo se relacionan tres políticas con niveles más elevados y avances más rápidos en la participación en la primera infancia?

Los países deben legislar en favor de la educación gratuita y obligatoria. En 2020, 91 de 188 países no garantizaban ningún año de educación preescolar gratuita y obligatoria en su legislación. Aunque en la actualidad son pocos los que cuentan con leyes de educación obligatoria, el número está aumentando con el tiempo, y en particular desde 2010. Por supuesto, hay enormes variaciones entre regiones y grupos de ingresos. Casi el 10% de los países de ingresos medios-altos y el 5% de los países de ingresos altos tienen leyes que exigen 3 años de enseñanza obligatoria. Mientras tanto, en los países de ingresos bajos, menos del 5% exige 1 año obligatorio.

Muchos países, sobre todo de África y Asia, carecen de leyes de obligatoriedad, pero tienen puntos de referencia. Sin embargo, cuando existen leyes de obligatoriedad, los países tienen mayores niveles de participación y fijan puntos de referencia más elevados. Entre los países de ingresos medios-bajos, por ejemplo, en los que existen leyes de enseñanza preescolar obligatoria, los puntos de referencia se sitúan en torno al 97%, frente al 84% en los países que carecen de ellas.

Los países reclaman cada vez más la obligatoriedad de la educación de la primera infancia

Dada la gran proporción que representan en la educación preescolar, los gobiernos deben regular a los proveedores privados para garantizar la calidad y la equidad. Sin embargo, como muestran los perfiles nacionales PEER del Informe GEM sobre los actores no estatales, el 97% de los países regula la aprobación, la concesión de licencias y el establecimiento de proveedores privados de educación preescolar, mientras que solo el 26% subvenciona el pago de las cuotas de matrícula de las poblaciones vulnerables y solo el 15% prohíbe que los proveedores no estatales operen con ánimo de lucro. Sin embargo, en los países en los que se subvencionan las cuotas de matrícula para determinados grupos de población, el porcentaje de niños y niñas que participan en el aprendizaje organizado un año antes de entrar en la escuela primaria es superior en 13 puntos porcentuales, mientras que en los países en los que se regulan las cuotas de matrícula es 7 puntos porcentuales mayor.

Por último, el aumento del gasto en educación preescolar pública incrementa la matriculación en instituciones públicas. Entre los 80 países con datos en 2018-20, se gastó el 0,43% del PIB en educación preescolar. Cuatro países gastaron por encima del 1% del PIB: Belarús, Ecuador, la República de Moldova y Suecia. Duplicar el gasto del 0,25 al 0,50 del PIB, sin embargo, triplica las tasas de participación del 20% al 60% en promedio, y es una clara victoria para mejorar el progreso en este tema.

El proceso nacional para establecer los puntos de referencia para el ODS 4 se concibió como una herramienta para fortalecer la rendición de cuentas. Pero no debe verse solo como eso. Su objetivo es más bien estimular el debate sobre las políticas que pueden ayudar a los países a cumplir sus aspiraciones nacionales en materia de educación mediante el diálogo entre pares. Este informe es el primero de una serie anual que proporcionará la información más reciente sobre los puntos de referencia nacionales del ODS 4 y sobre los avances hacia su consecución, utilizando los datos más recientes.

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