School children, Florida Valle, Colombia. (Photo: ©UNESCO/Ministerio de Educación)

A week of global action for girls’ and women’s education

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The Global Monitoring Report team is joining forces with UNESCO’s network of field offices to mark this year’s Education for All Global Action Week (May 2-8), which focuses on girls’ and women’s education.

In 2000, governments pledged to achieve gender equality in education by 2015 – the fifth of the six Education for All Goals. Considerable progress has been made since then, particularly in girls’ enrolment in primary school. However, gender discrimination persists across all educational levels, often in combination with sources of disadvantage. Just four years before the 2015 target date, many countries still have a long way to go and are likely to miss the gender equality goal.

This year’s Global Monitoring Report, The hidden crisis: Armed conflict and education, draws attention to the particularly damaging effects of conflict on women’s education. The widespread and systematic use of rape and other sexual violence as a weapon of war is keeping girls out of school and leaving a legacy of trauma that harms their learning potential.

UNESCO offices and partners will be marking the launch of the 2011 Global Monitoring Report with a range of events across the world this week, including a policy discussion in Canberra, a launch, concert and press conferences in Moscow, and a presentation and exhibition for the first time in Gaza this year. In Kinshasa, the GMR launch will be accompanied by several days of policy workshops and media events to discuss the Report’s main findings.

Global Action Week is organized by the Global Campaign for Education each year to raise awareness of the importance of Education for All. UNESCO actively supports the campaign by organizing activities in its headquarters and field offices, mobilizing networks and encouraging ministers of education and all EFA partners to participate.

This year’s theme and EFA Goal 5 acknowledge that education is a universal human right for girls and boys alike – and a key for empowerment. Female education has very high returns for human development, boosting progress towards all the six Millennium Development Goals. Educated women are more likely to resist violence, know about HIV/AIDS, delay marriage, have access to antenatal care and better medical treatment, improve their children’s health, send their children to school, and participate in political meetings, among other benefits.

Along with each year’s Global Monitoring Report, a gender overview is published highlighting the report’s findings and recommendations with regard to gender equality in education. The 2011 Gender Overview is available here.

 

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4 comments

  1. It is so sad to know that such discrimination still exists for women. Education is a right that should be equally available to ALL….boys and girls alike.

  2. While it is disheartening to know that educational equality for men and women is still a major issue, it is heart-warming to hear that this issue is being brought to the forefront so that women are given the tools to better themselves through advancement. Making this the focus of a week of global action is the first step to change.

  3. It could also be difficult to make changes in some cultures where their belief is that men should be in control of women; therefore, they don’t intend for them to have an education. In those areas, you would be working to change a whole way of living and their belief system.

  4. Bajo mi punto de vista y desde un enfoque de educación y orientación no sexista, tanto los estereotipos como los sesgos sexistas que encontramos generalmente en nuestra cultura y trasmitidos por algunos medios de comunicación se ajustan a tres criterios: el análisis de los hechos desde una perspectiva masculina, la existencia de características personales (carácter, temperamento..) y conductuales (adecuadas o inadecuadas) como base ARGUMENTAL de la diferenciación sexual.

    La manera humana de pensar es hablando, con los demás o con uno mismo, el lenguaje encierra en sí mismo el tratamiento ideológico que tenemos de la realidad ya sea por tradición o por convicción.

    Si existe un lenguaje machista, aunque en reflexiones especulativas intente uno escaparse diciendo por ejemplo “el ser humano” -aunque siga siendo inútil pues está en masculino – és porque el pensamiento, tal y como he podido ir ratificando en las revistas dirigidas al público femenino, tiene una visión androcéntrica de la sociedad independientemente de que esta sea pensada por una mujer o un hombre.

    Todo ello conlleva a la mujer a formular y utilizar estrategias para intentar sobrevivir en un mundo pensado para y por hombres.

    Desde que por motivos de conservación de la especie la mujer había tenido que parir el máximo número de hijos hasta que la revolución sexual, consciente del exceso de nacimientos, tomó las precauciones oportunas para intentar, en lo posible, tener sólo los deseados, la mujer ha debido adaptarse e integrase en un mundo donde los roles y la personalidad son pensados en modo masculino. Es preocupante observar que el ser sigue siendo diferenciaciado en esencia de género. Por ejemplo la ternura, la solidaridad y la frivolidad continúan ligados a la personalidad femeninas.
    Siguiendo en la misma línea, me pregunto si, el hecho de la diferenciación depende únicamente de la orientación recibida en la escuela, en la familia y en la sociedad, o por el contrario, existen unas características de personalidad ligadas al género.

    Bajo mi punto de vista todo el hecho diferencial está, en función del entorno donde vivimos y crecemos y, por tanto, no comparto los complejos ortodoxamente freudianos del falocentrismo y la envidia del pene femenina como interpretación psicológica de la diferenciación emocional de mujeres y varones aunque así haya sido difundido por toda una corriente de pensamiento en nuestro siglo.
    Si los valores femeninos y masculinos son diferentes en la actualidad no son fruto de la diferencia sexual sino de la cultura. Por lo menos a lo que a mi respecta, tanto mujeres como hombres valoramos al otro por nuestras semejanzas no por nuestras diferencias en aficiones, valores, comportamientos, actitudes, etc., porque aunque la cultura trate de diferenciarnos, mujeres y hombres tenemos características comunes que nos unen como individuos y nos emparejamos, salvo intereses concretos de prestigio social y/o descendencia, por hechos puramente biológicos de atracción física complementados por intereses culturales comunes y no por la atracción de los contrarios o por la búsqueda del complementario. Cuando la unión no viene determinada por dichos criterios aparecen: la guerra de los sexos, el mundo de la mujer, la institución social del matrimonio con su tradicional reparto de roles femeninos y masculinos.

    Si en el futuro el mercado no nos traiciona, la igualdad será un hecho, y no me refiero únicamente a la igualdad de tareas y responsabilidades, porque la diferenciación que pregonan y defienden los medios publicitarios son fruto de unos intereses encuadrados en un mercado donde es necesaria la diferenciación con objetivos de segmentación de mercado para obtener un mayor numero de consumidoras y consumidores. Pensemos sino por qué existe un eliminador de canas, un anticaída capilar femenino y otro masculino.
    Creo firmemente que el vehículo de concienciación sigue siendo la educación escolar. Y por lo que a mi respecta, desde un punto de vista masculino, los anuncios claramente estereotipados para el hogar y la belleza como principal preocupación de la mujer quedan para aquellos que necesitan difundir entre sus iguales las diferencias con el otro sexo tanto de tipo cognitivas como emocionales argumentando, quizás inconscientemente, la necesidad de polarizar las diferencias al no poder seguirse explicando el sexismo por razones productivas ni reproductivas fundadas en diferencias fisiológicas .

    Las últimas especulaciones apuntan a la supuestamente (diferente) domináncia hemisférica (varones hemisferio derecho, mujeres hemisferio izquierdo) como último intento de conservar la diferenciación.

    “A un hombre nunca se le ocurriría escribir un libro sobre la situación peculiar del macho humano. Pero si yo quiero definirme, tengo que empezar por decir: ´Soy una mujer’, y sobre esa verdad debe basarse todo lo demás. “ el mundo de la mujer. RB” Un hombre nunca empieza por presentarse como individuo de un determinado sexo: es obvio que es un hombre. Los términos masculino y femenino se usan simétricamente solo por pura forma, como los documentos legales […].
    “En medio de una discusión abstracta, es ofensivo oír decir a un hombre: “crees eso porque eres una mujer”, pero sé que mi única defensa es contestar: “Creo eso porque es verdad”, eliminado así la discusión mi yo subjetivo. No vendría a cuento contestar: ‘Y tú piensas lo contrario porque eres hombre, pues se supone que el hecho de ser hombre no es una peculiaridad”.

    ¨{Simone de Beauvoir}

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