Para celebrar el Día Internacional de la Lengua Materna, recopilamos un foto-blog de docentes y estudiantes que discuten los desafíos que presentan las políticas de educación del idioma a la enseñanza y el aprendizaje. De Iraq a Vietnam, Honduras y Pakistán, las entrevistas apoyan las conclusiones clave del documento que publicamos la semana pasada, “¿Si no entiendes, cómo puedes aprender?”
Adnan, 13 años, refugiado sirio que vive actualmente en Dohuk, en el norte de Iraq: “Cursaba el 6to grado cuando tuvimos que escapar a Kurdistán Iraquí. Tras algunos meses de vivir en un campamento fuimos a Erbil, en el norte de Iraq, buscando una vida mejor. Pero en Erbil se habla el dialecto (sorani) mientras que en el norte de Kurdistán Iraquí y entre los kurdos sirios se habla el dialecto (kermanji). Esto, junto con las diferencias del sistema educativo, me han dificultado continuar mi educación.”
Nguyen Thi Thanh Hoan, docente de Vietnam: “Hay 13 estudiantes entusiastas en mi clase. Todas niñas hmong. Algunas tienen vidas muy difíciles. En lo que refiere al idioma, el vocabulario siempre es un desafío. A veces cuando enseñas en vietnamés parecen no entender, pero cuando hables en hmong te das cuenta que si entienden. Por ello intentamos hablar el vietnamés en frases cortas y sencillas. A veces usamos materiales visuales, como imágenes y objetos reales, para ayudarles a entender. Al mismo tiempo, intento aprender el hmong de ellas.”
Vang Thi Giang, 22 años, docente de Vietnam: “Yo soy miembro del grupo étnico Giay. Hablo nung y vietnamés. Todavía no he aprendido el hmong, por ello dar clase a los estudiantes étnicos es un gran desafío. Como parte de la solución a largo plazo ofrecemos sesiones especiales para ayudar a los estudiantes a mejorar sus vietnamés, u organizamos actividades al air libre y juegos para estimular la interacción.”
Sung De, hmong de 9 años, Vietnam: “Al principio estudiar en vietnamés fue complicado. Me acostumbré en el 1er grado. Pero lo que más se me complica son las matemáticas. Aun ahora hay veces que entender el vietnamés es difícil.”
T. Sushmitha, 9 años, estudiante de 5to grado en Andhra Pradesh, India: “De todas las materias que me enseñan mi favorita es telugu. Se me hace difícil aprender inglés porque tiene palabra grandes y complicadas que no entiendo. Si me enseñan sin prisa, puedo entender fácilmente. El inglés, a diferencia de las matemáticas, no es de las materias que hacen uso de la enseñanza basada en actividades. No entiendo lo que recito, como la mayoría de los demás en mi clase. A todos se nos dificulta entender el inglés. Como me cuesta trabajo aprender y entender el inglés, me gustaría que se enseñara lenta y repetidamente hasta que entendiera.”
Ting Sain, docente tampuan, Camboya: “Es muy importante que los niños que no pueden hablar el khmer, como aquí en mi pueblo, aprendan a leer y escribir. Es más fácil que los niños aprendan en su lengua materna. Si algunos tienen dificultades en khmer, les puedo explicar en tampuan. También es importante para los niños porque preserva su idioma y cultura.”
Sardar Khan, 35 años, Pakistán. “En mi región no existen mecanismos o infraestructura para ofrecer una educación en lengua materna. En consecuencia es muy difícil para docentes de una comunidad lingüística hacerse entender por estudiantes de otra.
Luego recibí una formación sobre como enseñar en escuelas gujari de ELM. Noté como los niños de mi escuela avanzaban rápidamente con su aprendizaje. Los estudiantes se sienten más tranquilos al preguntar algo y se muestran más interesados en lo que estudian porque utilizan su lengua materna. Su nivel de comprensión es más elevado que el de aquellos que realizaron su educación inicial en en segundo o tercer idioma. El gobierno debe tomar medidas inmediatas para promover el ELM a través del país y a su vez asegurar que se mejore la calidad de la educación.
Gohar Rahman, 26 años, Pakistán: Yo no fui educado en mi lengua materna. De niño, el pashto era extranjero para nosotros; no lo entendíamos y fue un obstáculo a nuestro aprendizaje. Los docentes que lo hablaban como lengua materna se reían de nosotros cuando nos equivocábamos al hablarlo. Esto nos apenaba y a veces nos sentíamos inferiores a los que lo hablaban.
Assanah Binsulong, docente, provincia de Narathiwat, Tailandia. Ser un educador ELM-BLM requiere una formación rigorosa, porque sigue siendo un enfoque muy nuevo en Tailandia. Vale la pena al ver como los niños son más felices y obtienen mejores resultados de sus clases. La mamá de uno de mis estudiantes vino a platicar conmigo recientemente y me preguntó por qué no se usaba el enfoque en todas las clases, dado que su niño, que había cursado un programa ELM-BLM desde el jardín de niños, obtenía mejores resultados que su hermano mayor que no había tenido la misma oportunidad.
Chandana Tripura, docente de Bangladesh: Lloré cuando mi mamá me dejó en la escuela mi primer día y no paré hasta que mi maestro me hablo en kok borok, mi lengua materna. Eso me calmó un poco y pude ocuparme, pero al día siguiente todavía fue por fuerza que mi mamá me llevó a la escuela; no quería ir a la escuela porque no entendía el idioma de instrucción, el bengalí. Ahora que puedo leer en mi lengua materna, puedo apreciar cuanto estamos perdiendo de nuestra cultura y nuestras tradiciones por falta de uso y práctica, y también he aprendido más sobre otros grupos étnicos, como los Marma, Chakma, Garo, etc. Esta conciencia también está creciendo entre los padres de familia y los otros miembros del pueblo.
Tuanyoh Nisani, docente, provincia de Pattani, Tailandia. En mi vida cotidiana, principalmente hablo el pattani malasio. No hablo el tailandés central tan a menudo. Al crecer, todos los que me rodeaban hablaban pattani malasio. Todos mis amigos y mi familia lo hablaban y nunca oíamos el tailandés central más allá de la escuela. Me sentía incómodo en clase porque no entendía lo que decían los maestros. A veces me ayudaban traduciendo algunas cosas que no entendía; aun así apenas entendía. Por ello llegué a la conclusión que como docentes debemos relacionarnos con nuestros estudiantes como nos relacionamos con nuestros niños, buscando cualquier medio para ayudarles a aprender. La ELM-BLM nos enorgullece de nuestra lengua materna, que es nuestra identidad. Hoy en día, nos encanta hablar pattani malasio y sentimos que debemos preservarlo. Antes, mi manera de enseñar carecía estructura, pero después de participar en formaciones docentes sé como enseñar para que que mis estudiantes entiendan. Cuando son capaces de estudiar, me siento verdaderamente feliz.
Milagros Choque es una docente de tercer grado en el altiplano peruano: “Antes de enseñar en Luis Pata, trabajé en una pequeña escuela muy aislada llamada Tanquigua; para llegar ahí viajaba varias horas en transporte público hasta el final de la carretera, y de ahí caminaba. Llegaba el lunes por la mañana y regresaba el fin de semana o cada dos semanas, porque tenía que ir tan lejos que no podía hacer el viaje cada día. Era muy difícil estar lejos de mi familia, pero no me desanimaba porque los estudiantes en Tanquigua merecían una buena educación, tal y como mis niños”. Trabaja en Luis Pata desde hace tres años. Actualmente se ocupa de 26 estudiantes (19 niñas y 7 niños) entre los 8 y 9 años; les da clases bilingües, en quechua y en español. “La lengua materna de los niños de esta comunidad es el quechua. A partir de este idioma, empezamos a desarrollar su conocimiento del español, y gradualmente lo vamos fortaleciendo”.