UNESCO / Amima Sayeed

¿Dónde se encuentran hoy los nichos más persistentes de exclusión educativa de las niñas?

Una nueva ficha informativa de la UNESCO publicada con motivo del Día Internacional de la Mujer muestra dónde es necesario aumentar la inversión en la educación de las niñas

A excepción de Afganistán, todos los países que registran las tasas más elevadas de niñas sin escolarizar se encuentran en África. En 8 de estos 10 países, más de la mitad de las niñas en edad escolar están sin escolarizar, llegando al 75% en Afganistán. El mundo alcanzó la paridad de género en las tasas brutas de escolarización en la educación primaria y el primer ciclo de secundaria en 2009 y en el segundo ciclo de secundaria en 2013. Sin embargo, en África Subsahariana no hay paridad de género en ningún nivel educativo. En 2020, por cada 100 niños había 96 niñas matriculadas en la primaria, 91 en el primer ciclo de secundaria y 87 en el segundo ciclo de secundaria.

Incluso en el segundo ciclo de la educación secundaria, en el que, en promedio a nivel mundial, la proporción de mujeres jóvenes matriculadas es mayor que la de hombres jóvenes, cinco países han visto cómo las brechas de género en detrimento de las niñas han aumentado en el segundo ciclo de la educación secundaria desde 2015. De nuevo, aparte de Afganistán, los otros cuatro países también son de África.

En África Subsahariana, un obstáculo significativo para las trayectorias escolares de las jóvenes es la matriculación tardía y la repetición. Los hombres jóvenes pueden permitirse terminar tardíamente sus estudios, pero las mujeres jóvenes que no terminan a tiempo el segundo ciclo de secundaria se ven presionadas para casarse y tener hijos. En los últimos 20 años no se ha avanzado en la resolución de este problema. Por ello, mientras que 88 mujeres jóvenes terminan la enseñanza secundaria a tiempo por cada 100 hombres jóvenes, en última instancia sólo lo hacen 79 mujeres jóvenes, lo que supone una gran diferencia con respecto a estos índices de finalización puntual en otras regiones. Este problema demuestra la importancia de dar a las niñas de la región una segunda oportunidad de reincorporarse a la educación para cerrar las persistentes brechas de género.

La confluencia de desventajas agrava los obstáculos a la educación de las niñas

Dentro de los países, las inversiones deben dirigirse específicamente a las niñas de zonas de difícil acceso o de familias pobres. La Base de Datos Mundial de la UNESCO sobre la Desigualdad en la Educación (WIDE, por sus siglas en inglés), gestionada conjuntamente por el Informe GEM y el IEU, visualiza cómo el género, combinado con otros factores, como la ubicación y la riqueza, puede afectar negativamente a la educación y a las oportunidades en la vida.

WIDE muestra que, dentro de los países, la desventaja de las niñas se agrava debido a la ubicación. En Mozambique, hay 73 mujeres jóvenes escolarizadas por cada 100 hombres jóvenes. Mientras que en las zonas urbanas hay paridad entre los géneros, en las zonas rurales hay 53 mujeres jóvenes escolarizadas por cada 100 hombres jóvenes.

La disparidad es aún mayor en términos de riqueza. En Côte d’Ivoire, hay 72 mujeres jóvenes escolarizadas –pero sólo 22 mujeres jóvenes pobres– por cada 100 hombres jóvenes.

En 10 países, 7 de las 10 jóvenes más pobres en edad de cursar el segundo ciclo de secundaria no están escolarizadas. En Guinea y Malí, prácticamente ninguna joven pobre está escolarizada, lo que las coloca en la misma situación que sus hermanas afganas, a las que se prohíbe oficialmente ir a la escuela.

Pero también hay mucho que celebrar

La inversión en la educación de las niñas ha avanzado enormemente en las dos últimas décadas. La ficha, titulada Su educación, nuestro futuro, muestra que los países han reconocido la importancia de la educación de las niñas, y que esto está empezando a dar sus frutos. Hoy hay menos niñas sin escolarizar que niños (122 millones frente a 128 millones, respectivamente). En la actualidad, a nivel mundial, hay 114 mujeres matriculadas por cada 100 hombres en la enseñanza superior. Asimismo, en 2017, las mujeres jóvenes empezaron a completar el segundo ciclo de secundaria a un ritmo superior al de los hombres jóvenes. Las niñas también están avanzando rápidamente en los resultados de aprendizaje: a nivel mundial, por cada 100 niños que dominan la lectura, hay 115 niñas que la dominan al final del primer ciclo de secundaria.

El mayor compromiso de los países con la educación de las niñas ha contribuido a marcar la diferencia. En 1995, la Plataforma de Acción de Pekín instó a los países a eliminar la discriminación de género en la educación. Hoy, 105 países la prohíben en su constitución. Desde 1995, el número de Estados que han ratificado la Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza (CADE) también ha aumentado, de 82 a 110.

SuAtlas de la UNESCO también ha cartografiado el número de Estados que han ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que establece la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. También en este caso, los países han mostrado un compromiso cada vez mayor con la igualdad de género, con un aumento de las ratificaciones por parte de los Estados de 150 a 189 Estados Partes, aunque 27 países la ratificaron con objeciones a determinados artículos sobre el matrimonio infantil o las políticas de discriminación.

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