14% de los adultos de países ricos considera que la educación superior es más importante para los niños que para las niñas

6 sp.pngEl informe de Unicef titulado “Construir el futuro: los niños y los objetivos de desarrollo sostenible en los países ricos” analiza la realidad de niños y jóvenes en países de altos ingresos a partir de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y muestra que una proporción importante de los adultos opinan que la educación superior es más importante para los niños que para las niñas. Este dato, que coincide con los resultados del último Informe GEM sobre Género, muestra que la desigualdad de género sigue siendo un problema social.

En la tabla clasificatoria sobre el desempeño de 41 países en relación con los nueve objetivos relacionados con la infancia, Chile ocupa el último lugar de la lista. México se encuentra en el 38º lugar, mientras los EE. UU. en 37º.

Según Unicef, en la mayoría de los países ricos se ha avanzado significativamente en la lucha contra la discriminación de género. De hecho, hoy en día en estos países las jóvenes estudiantes obtienen sistemáticamente mejores resultados que sus compañeros en la escuela y la universidad. Por ejemplo, en 2013, el 55% de los estudiantes graduados de la educación general secundaria de países de la OCDE eran niñas, y el 58% de los graduados universitarios eran mujeres. Aun así, como muestra el último documento de política del Informe GEM titulado“Seis maneras de asegurar que la educación superior no deje a nadie atrás”, las mujeres todavía están por detrás de los hombres en los estudios más avanzados – solo el 44% de los matriculados. Además, la obtención de títulos de licenciatura por parte de ellas no se traduce en mejores sueldos o en el acceso a puestos de gestión y supervisión. Y por si fuera poco, las mujeres siguen enfrentándose a una gran cantidad de desigualdades sociales a lo largo de sus vidas.

Así, Unicef concluye que la brecha entre los géneros durante la vida adulta no es consecuencia directa de la oportunidad o desempeño durante la infancia: la situación desventajosa de las mujeres durante la vida adulta se debe a las normas de género y las expectativas negativas asociadas al género que persisten en la mayor parte de las sociedades. Y es probable que estas actitudes se traduzcan en diferencias en cuanto a las oportunidades educativas y dependiendo del género en la edad adulta, dato que confirmó el último Informe GEM sobre Género: el entorno y la cultura son factores importantes en la lucha para alcanzar la igualdad de género en la educación.

A pesar de los avances en materia de educación, uno de los resultados más impresionantes es que el 14% de los adultos (hombres y mujeres) entrevistados en 17 países ricos (entre ellos México y Chile) considera que la educación superior es más importante para los niños que para las niñas, aunque la divergencia de opiniones es notoria: la proporción de encuestados que considera más importante la educación de los hombres sube a 1 de cada 5 en Chile, Rumania y México, más de 1 de cada 4 en la República de Corea y casi 1 de cada 3 en Turquía.2sp

 

México y Chile, especialmente, presentan porcentajes bastante altos: 27,8% de los encuestados (hombres) en Chile opinan que la educación universitaria es más importante para los niños que para las niñas contra 12,6% entre las encuestadas (mujeres). Para México, hay menor diferencia entre las opiniones de hombres y mujeres: 22,2% de los encuestados (hombres) en Chile juzgan que la educación universitaria es más importante para los niños que para las niñas contra 19,2% entre las encuestadas (mujeres).

A pesar de la variación entre los países, el resultado contrasta con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5, que se centra en poner fin a la discriminación por motivos de género y en eliminar la violencia contra niñas y mujeres.

Las diferencias de género persisten en numerosos ámbitos de la vida, incluso en países de altos ingresos: en la mayoría de los países ricos, las mujeres siguen recibiendo una remuneración inferior a la de los hombres, que ocupan menos puestos de dirección y gozan de menor representación política. En la actualidad, la tasa de finalización de la enseñanza secundaria de las mujeres es mayor que la de los hombres en muchos países de la OCDE, pero la diferencia salarial por cuestión de género a favor de los hombres sigue siendo importante en muchos de los países miembros, como muestra la figura siguiente.

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Fuente: Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, 2016

Otro factor que obstaculiza la igualdad de género en la vida adulta es la responsabilidad desproporcionada que asumen las mujeres en las tareas domésticas y los cuidados no remunerados, como también muestra el Informe GEM sobre Género. En la mayoría de las culturas, es desde la más tierna infancia que las tareas del hogar son principalmente consideradas como la responsabilidad de la mujer.

En México, a partir de datos nacionales del 2013, en el grupo etario de 10 a 13 años, el 74% de las niñas participan en las tareas domésticas, frente al 64% de los niños. Según Unicef, la brecha entre la participación de las niñas y la de los niños parece reflejar los estereotipos de género que se reproducen en el seno de las familias y pueden reforzar las desigualdades de género a largo plazo.

También está la necesidad de conseguir la igualdad de género en posiciones de liderazgo: en todo el mundo los hombres siguen controlando las posiciones de liderazgo y de toma de decisiones en la vida política, económica y pública. Solo el 20% de los miembros de órganos legislativos, ya sean unicamerales o no, el 19% de los jefes de Estado o de gobierno y el 18% de los ministros son mujeres, como muestra la figura abajo.

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Hasta que las mujeres no estén representadas en la política, en las decisiones en la escuela y en las empresas, es difícil que cambie la violencia de género y la discriminación y construir sociedades más justas.

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