La ayuda a la educación alcanzó un máximo histórico en 2016

Un nuevo documento de política publicado por el Informe GEM muestra que la ayuda a la educación ha alcanzado su nivel más alto desde que empezaron los registros. Entre 2015 y 2016, creció en US$1,5 mil millones, o 13%, a un récord de US$13,4 mil millones. Esta es una bocanada de aire fresco para el sector, que ha sufrido seis años consecutivos de caída en la lista de prioridades de los donantes.

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aid to ed spanish¿De dónde viene este cambio? El documento “Ayuda a la educación: ¿un retorno al crecimiento?” muestra que dos tercios del aumento provienen de una mayor ayuda a la educación básica, que abarca la educación preescolar, primaria y secundaria inferior. Los Estados Unidos, el Reino Unido y el Banco Mundial representan casi la mitad de la ayuda a la educación básica. Por el contrario, en términos del porcentaje del ingreso nacional asignado a la ayuda a la educación básica, Noruega ocupa el primer lugar en la lista de donantes, dedicando, por ejemplo, doce veces más que los Estados Unidos en términos relativos.

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Si bien menos de uno de cada dos jóvenes finaliza la escuela secundaria, mejores resultados están al alcance. Si todos los países desarrollados y algunas economías emergentes se comprometieran, como Noruega, a destinar el 0,7% de sus ingresos nacionales a la ayuda y el 10% de su ayuda a la educación, entonces sería posible colmar la brecha financiera para lograr la finalización secundaria universal.

Pero, ¿por qué la educación de los niños más pobres todavía no tiene prioridad?

Sin embargo, estos cambios en la cantidad de ayuda todavía no han resultado en una priorización de la educación en los países más necesitados. Menos de una cuarta parte de la educación básica (22%) se destinó a países de bajos ingresos en 2016, en comparación con un 36% en 2002. Mientras tanto, la proporción destinada a los países menos desarrollados aumentó ligeramente, de 31% a 34%, lo que aún permanece muy por debajo del máximo del 47% alcanzado en 2004.

El déficit refleja la decepcionante disminución a largo plazo del porcentaje asignado a África Subsahariana, que alberga a la mitad de los niños que no asisten a la escuela a nivel mundial, y que sigue cayendo en la lista de prioridades de los donantes. La región recibía la mitad de la ayuda total para la educación básica, pero ha recibido un porcentaje cada vez menor durante siete años consecutivos, disminuyendo a solo el 24% en 2016. Parte de la disminución se explica por el aumento del porcentaje de la ayuda que no está asignada por región. Esto incluye la ayuda canalizada a través de la Alianza Global para la Educación.

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También se necesita más financiamiento externo para la educación en los países de ingresos medianos bajos

Si bien gran parte de la brecha financiera para los países de bajos ingresos podría colmarse mediante la reforma de las asignaciones de ayuda actuales y la reorientación de la ayuda a la educación básica y secundaria, esto no resolvería los considerables desafíos educativos que enfrentan los países de ingresos medianos bajos.

El documento concluye que más de un tercio de la ayuda asignada a los países de ingresos medianos bajos se otorga en forma de préstamos en condiciones favorables, pero que el costo de los créditos que no son en condiciones favorables disuade a muchos países de pedir préstamos para la educación. De hecho, el porcentaje para a la educación de los préstamos del Banco Mundial que no son en condiciones favorables cayó del 8,2% en 2012 al 4,7% en 2017.

Reducir el costo de los préstamos para la educación y expandir la capacidad de los bancos de desarrollo para prestar es el quid de la propuesta de establecer un Fondo Internacional de Financiamiento para la Educación (IFFEd, por sus siglas en inglés), que se destinaría a países de ingresos medianos bajos, y que fue apoyado recientemente por Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, y Gordon Brown, Enviado Especial de la ONU para la Educación Global.

El documento del Informe GEM argumenta que, si bien el IFFEd es un mecanismo importante, se necesita hacer mucho más para garantizar que el financiamiento se use donde más se necesita y que los fondos que libera sean fondos nuevos, y no el mismo dinero con otro nombre. También es crucial que trabaje con otras instituciones financieras multilaterales, la Alianza Global para la Educación (GPE, por sus siglas en inglés), que se enfoca en los países de bajos ingresos, y Education Cannot Wait (ECW), que se enfoca en la educación en situaciones de emergencia.

Más allá de 2016, ¿un punto de inflexión para la educación?

El aumento de la ayuda a la educación de 2016 es bienvenido incluso si está muy por debajo del nivel identificado como necesario para cubrir el costo de alcanzar las ambiciosas metas del ODS 4 calculadas por el Informe GEM en 2015. Lo que es crítico ahora es que la creciente financiación de los donantes continúe durante varios años solo para compensar el estancamiento durante 2010-2015. Sabemos que la AOD en 2017 cayó ligeramente, de un 0,7% en comparación con el año anterior, pero esperamos que el porcentaje para la educación de la ayuda total siga ascendiendo para mantenerla firmemente en la lista de prioridades de los donantes.

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