En América Latina, unas 8 millones de personas han abandonado su hogar forzadas por la violencia y persecución, de las cuales más de 7 millones está en Colombia. Segun el Informe Anual 2016 lanzado por la Unicef, el 2016 fue uno de los años más peligrosos para las y los niños en la historia reciente: millones de niños fueron amenazados y desplazados por crisis en todo el mundo y millones más enfrentaron la pobreza, la privación, la violencia, la explotación y la discriminación. El Representante Regional para Centroamérica, Cuba y México de la Oficina del Alto Comisionado para Atención de Refugiados (Acnur) señaló que muchas de estas migraciones occuren “por las presiones y extorsiones que ejercen grupos criminales como las pandillas y las maras que obligan a las personas a abandonar su hogar y en muchos casos cruzar fronteras“.
La Directora de la UNESCO Irina Bokova afirmó en la sede de Unesco en París que, debido a la estigmatización, los desplazados y refugiados no son vistos como individuos, y si como parte de un “flujo” desestabilizador.
De hecho, el Documento Político del Informe GEM y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Basta de excusas, plantea que los números de refugiados en el mundo llegaron a niveles récords: casi 60 millones de personas sufrieron desplazamiento forzoso en el 2015, el número más alto desde 1945.
Todo esto presiona los sistemas educativos. La mitad de los refugiados son niños y jóvenes, y el periodo mediano del desplazamiento dura 20 años. Así, el derecho de estos niños y jóvenes a la educación sufre riesgos en gran escala: solamente 50% de los niños refugiados frecuentan la escuela primaria y solamente 25% la secundaria, niveles mucho más bajos que los presentados por niños y jóvenes en general, como representado en la figura abajo.
Hay que darse cuenta que hay esto afecta a la mujer aún más. Las niñas y mujeres representan el 70% de la población desplazada. Además, las niñas suelen ser las más afectadas por las pérdidas de oportunidades de escolarización en las situaciones de refugiados y desplazados. Tienen menos probabilidades de terminar la educación primaria, menos probabilidades de acceder a la educación secundaria y de completarla. También, muchas veces las familias se ven sin salida de recurrir a mecanismos de supervivencia que perjudican a las niñas, como el trabajo o el matrimonio infantil.
Según el Documento Político, a medida que hay nuevos recursos para apoyar la educación de los desplazados y refugiados, debe haber claridad sobre cómo utilizarlos. Los autores plantean, a manera de ejemplos, los puntos abajo descritos como manera de estructurar la prioridad frente al derecho a la educación de estos niños y jóvenes.
Las necesidades de los niños y jóvenes refugiados y desplazados son complejas, pero, según el Informe GEM y el ACNUR, hay también muchas soluciones y opciones para la acción.
Seguiremos tratando con este tema tan importante en el Informe GEM 2019, lo cual será sobre la migración y la educación. El informe examinará la evidencia, analizará que es lo que funciona y que no, y últimamente señalará ejemplos de cómo se puede asegurar que los niños migrantes reciban la educación que merecen. Dará voz a las oportunidades tal como los desafíos educativos que enfrentan los migrantes en las comunidades de acogida y de origen. Se basará en una amplia gama de evidencia de estudios cuantitativos y cualitativos, y sus análisis, conclusiones y recomendaciones contribuirán al progreso hacia las metas del ODS4. Mantenerse informados a traves de la página web Informe 2018/19.
