Credit: @ibreafoundation, IBREA Foundation

Luchando contra la violencia de pandillas en El Salvador al empoderar a las mentes jóvenes

IBREA Foundation

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Credit: @ibreafoundation, IBREA Foundation

“Puesto que las guerras nacen en las mentes de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”, escribió el poeta Archibald MacLeish para el preámbulo de la constitución de la UNESCO en 1945. Tras haber vivido dos guerras mundiales en menos de una generación, sus Estados Miembros sabían bien que los acuerdos políticos por sí solos no eran suficientes para construir una paz duradera. Para que la paz esté verdaderamente establecida, debemos forjar una unidad moral e intelectual en nuestro pensamiento mutuo, que es donde entra la educación.

En El Salvador, un país de 6.5 millones de personas, el Ministerio de Defensa estima que más de 500,000 salvadoreños –un 13% de la población– están involucrados con pandillas, incluyendo familiares e hijos de pandilleros que han sido forzados a participar en crímenes. Las guerras entre MS-13, la pandilla más grande del país, y su principal rival, Barrio 18, han agravado la tasa de homicidios más alta del mundo para personas menores de 19 años. En 2016, 540 niños salvadoreños fueron asesinados, un promedio de 1.5 cada día. Estas condiciones les dejan pocas opciones a parte de huir de su país. Tan solo en el año fiscal 2016, la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos detuvo a un récord de 17.512 menores salvadoreños no acompañados.

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Las escuelas no escapan a esta dura realidad. En lugar de ser un refugio seguro para la educación, muchas escuelas y sus alrededores están completamente controladas por las pandillas. Los maestros están sujetos a amenazas de muerte y extorsión regulares. “Tememos represalias de las pandillas. Cualquier decisión que tomes y que no les guste, como una acción disciplinaria contra un alumno, puede representar una amenaza”, dice un maestro que forma parte del programa IBREA y trabaja en uno de los barrios más violentos a las afueras de San Salvador. Tan solo en la primera mitad de 2017, más de 12.000 estudiantes abandonaron la escuela debido a la violencia, de acuerdo con el Ministerio de Educación de El Salvador.

El gobierno ha realizado innumerables esfuerzos para combatir la violencia dentro de las escuelas. Las medidas represivas no han funcionado, e incluso las medidas preventivas no funcionan necesariamente. Nos queda construir los “baluartes de la paz” en las mentes de los estudiantes.

La declaración constitutiva de la UNESCO está en el corazón de la misión de la Fundación IBREA, una organización no gubernamental con sede en la ciudad de Nueva York, que trabaja por la paz en todo el mundo al empoderar a estudiantes a través de la educación. Haciendo eco de algunos de los hallazgos del capítulo sobre Paz del Informe GEM 2016, el programa tiene un currículo que combina movimiento físico, entrenamiento energético, técnicas de respiración, lecturas seleccionadas y escritura de diarios, trabajo en grupo, y respiración cerebral, entre otros elementos. El programa de IBREA conduce a los participantes a través de un proceso de identificación y liberación de fuertes factores de estrés en el cuerpo y el cerebro para encontrar la paz interior y luego proyectar esta fortaleza a sus compañeros, familiares y comunidad.

Desde 2011, IBREA ha proporcionado su programa holístico de educación basada en el cerebro en las escuelas públicas de El Salvador, y ahora llega a más del 25% de todas las escuelas públicas del país. Laura, una de las primeras estudiantes en el programa en 2011, es un ejemplo viviente de alguien que superó la violencia social a través de cambios en su mentalidad y comportamiento. Ella describe cómo la única forma de superar la muerte de su madre a manos de una pandilla callejera fue redirigir su propio destino y el de sus hijos. “El programa de IBREA me dio herramientas para aliviar mi estrés, mi ira, mi resentimiento … todo hasta la raíz. Veo a muchos niños a mi alrededor caer en redes de pandillas. Aprendí que, si no me doy por vencida optando por la paz, las personas que me rodean no se darán por vencidas, y a su vez tampoco lo harán las personas que las rodean a ellas. Así es como podemos mejorar nuestra comunidad”.

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Credit: @ibreafoundation, IBREA Foundation

Para reconocer la contribución de IBREA, el presidente Salvador Sánchez Cerén otorgó, la semana pasada, la “Orden del Liberador de Esclavos José Simeón Cañas” al presidente de la Fundación IBREA, el señor Ilchi Lee, por su trabajo para crear “culturas de paz dentro de las escuelas públicas del país”. Este reconocimiento se dio a raíz del gran apoyo y gratitud de muchos maestros que han observado cómo el programa de IBREA cambia la vida de los estudiantes y contribuye a la seguridad de sus escuelas. La ceremonia de premiación tuvo lugar el 12 de septiembre en el Ministerio de Relaciones Exteriores en San Salvador, donde muchos embajadores de países de América Central fueron a brindar su apoyo. Esperamos que esto ayude a otras escuelas a seguir el mismo ejemplo.

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