Beneficios y desafíos de la inclusión de los refugiados: Lecciones de Líbano

Elizabeth Adelman, Vidur Chopra y Sarah Dryden-Peterson, coautores de un documento de antecedentes para el Informe GEM sobre los Estados Árabes 2019 sobre las escuelas de doble turno en Líbano

A la 1:30 de una apacible tarde de octubre en Beirut, Nour, de 12 años de edad, y sus amigas se juntan a las afueras de su escuela, esperando pacientemente que se les permita entrar. Las puertas están cerradas, lo que indica que la escuela aún no está preparada para el segundo turno, en el que solo se matriculan estudiantes refugiados sirios como Nour. Al otro lado de la puerta, los estudiantes libaneses esperan ansiosos el final del día escolar. Al sonar la campana, los estudiantes libaneses salen corriendo mientras los estudiantes sirios se apoyan en los muros de la escuela, esperando que se vaya el último estudiante libanés. Nour y sus compañeros libaneses se ven, intercambiando miradas, pero no palabras.lebanon 1

En 2013, las escuelas públicas de Líbano empezaron a emplear en un sistema de doble turno, lo que permitió a Nour y a otros alumnos sirios de Líbano acceder a la educación pública libanesa. Esta medida refleja los cambios mundiales en la política educativa de los refugiados, incluidas las estrategias educativas del ACNUR de 2012 y 2019 y el Pacto Mundial sobre los Refugiados, que hace un llamado por una mayor inclusión de los refugiados en los sistemas educativos nacionales. En la actualidad, unos 156.000 estudiantes sirios refugiados están matriculados en escuelas públicas libanesas. ¿Qué pueden aprender los países de acogida de refugiados de la experiencia de Líbano de incluir a los sirios en sus escuelas públicas?


Nuestra investigación para el Informe GEM sobre los Estados Árabes 2019 se basa en entrevistas con maestros, estudiantes, padres y responsables políticos de Líbano realizadas entre 2015 y 2019 y proporciona un entendimiento matizado del sistema de doble turno de Líbano. En 2012, cuando empezó la afluencia de refugiados sirios, el Ministerio de Educación y Enseñanza Superior de Líbano (MEHE, por sus siglas en inglés) abrió las escuelas públicas a los estudiantes sirios. Sin embargo, a medida que se amplió la crisis de refugiados en Líbano, las escuelas públicas no pudieron incorporar a la creciente población estudiantil. En respuesta, el MEHE estableció un sistema de doble turno, abierto solo a los estudiantes sirios, que abarca la educación básica formal (de la guardería al 9° grado). Maestros que ya trabajaban en el sistema en el primer turno y maestros contratados recientemente fueron asignados para enseñar en el segundo turno y se les pagaba por hora.

El modelo de inclusión de doble turno ha demostrado algunas ventajas

En nuestro trabajo encontramos tres ventajas de este enfoque de la inclusión. En primer lugar, la transferencia de la responsabilidad de la educación de los refugiados al sistema nacional ha centrado la atención en el sistema de educación pública de Líbano, que carece de fondos suficientes y está bajo presión. Esta atención renovada ha permitido a la comunidad educativa mundial financiar programas que beneficiarían por igual a los niños libaneses y sirios, al mismo tiempo que se fortalece el sistema educativo libanés, cuyos beneficios podrían seguir acumulándose incluso después de que los sirios ya no estén en Líbano.

Una segunda ventaja ha sido la mayor supervisión del MEHE y su estrecha participación en la educación de los refugiados. Para armonizar los currículos y las opciones educativas de los sirios en las escuelas formales y no formales de Líbano, el MEHE ha creado trayectorias definidas para que los estudiantes sirios que no asisten a la escuela y los que tienen dificultades puedan hacer la transición a las escuelas públicas. Al hacerlo, el MEHE ha tratado de dar coherencia y estructura a una constelación de actores que operan dentro de la educación de los refugiados en Líbano, cada uno de los cuales anteriormente tomaba decisiones diferentes en torno a los objetivos de la educación de los sirios.

Por último, la inclusión ha permitido el acceso de los alumnos sirios a la educación pública certificada en Líbano. Esta certificación es portátil y, por lo tanto, de valor, sobre todo cuando los sirios consideran sus trayectorias de migración y educación.

Sin embargo, todavía existen desafíos para educar a los refugiados sirios en Líbano

La implementación del segundo turno no ha carecido de grandes desafíos, como muestra el Informe GEM sobre los Estados Árabes 2019, en particular en lo que respecta a la calidad, la conexión social y la sostenibilidad. En investigaciones anteriores se ha documentado una escasez de recursos de enseñanza y aprendizaje en el primer turno del sistema público de Líbano, un problema que se agrava en el segundo turno. El tiempo de instrucción en el segundo turno se reduce en comparación con el primer turno. En consecuencia, se han dejado de lado las materias no académicas y extracurriculares en el segundo turno escolar. Se ha proporcionado poco apoyo a los maestros y directores de las escuelas del segundo turno. Si bien se ha desarrollado una nueva formación docente en torno a la protección de la infancia, la instrucción diferenciada y la integración de la tecnología en el aula, gran parte de estas formaciones se han dirigido a los maestros del primer turno, con poca atención a la adaptación de los enfoques a las necesidades lingüísticas y de instrucción de los niños refugiados.

Incluso antes de la afluencia de refugiados sirios a Líbano, la cohesión social y la estabilidad del país eran frágiles. La educación puede ser un mecanismo importante para construir caminos hacia la armonía. Sin embargo, el modelo temporal de inclusión –en virtud del diseño y la separación de los estudiantes libaneses y sirios – no puede crear oportunidades para la cohesión social. En ningún momento los dos interactúan entre sí en la escuela.

Los maestros libaneses son un conducto importante para que los estudiantes sirios establezcan vínculos sociales con los libaneses. Si bien los maestros libaneses han apoyado el progreso y el éxito académico de los estudiantes, los maestros no se sienten preparados para apoyar a los estudiantes sirios en su lucha contra las experiencias pasadas o las realidades actuales en Líbano como no ciudadanos.

Las ONG del sector educativo no formal han intentado fomentar las conexiones sociales a través del deporte y de programas educativos basados en actividades diseñados para reunir a estudiantes libaneses y sirios con el fin de que colaboren en la consecución de objetivos comunes. Sin embargo, estos programas no se han ampliado y dependen de la financiación impredecible de los donantes.

Si bien un número cada vez mayor de estudiantes refugiados sirios se han matriculado en la educación, ha habido una preocupación considerable con respecto a su permanencia y transición dentro del sistema, en particular debido a la falta de financiación de los donantes para programas de apoyo académico. En el año escolar 2018-19, la tasa media de transición de los estudiantes de un nivel educativo al siguiente fue del 58,6%, oscilando entre un máximo del 74,5% (guardería al 1er grado) y un mínimo del 39,3% (7º y 8º grado). Más de 10.000 maestros y miembros del personal escolar han sido contratados temporalmente para el segundo turno, cuyo sustento depende de que Líbano siga recibiendo financiación externa. Con la incertidumbre en torno a la longevidad del segundo turno, persisten las preguntas acerca del futuro tanto de los maestros como de los educandos.

La inclusión en los sistemas educativos nacionales puede facilitar el acceso de los niños refugiados a una educación de calidad y sus experiencias. Sin embargo, a falta de una financiación plurianual centrada en la enseñanza, el aprendizaje y la pertenencia, y de un plan a largo plazo para el sector de la educación, tanto para los nacionales como para los refugiados, desde el inicio de la afluencia de refugiados, la inclusión y sus beneficios seguirán eludiendo a Nour y a otros niños refugiados. Los donantes deben ir más allá de la mera financiación de las matrículas para invertir en iniciativas y programas escalables y basados en pruebas que se centren tanto en los estudiantes como en los maestros, y apoyar eficazmente el aprendizaje académico de los estudiantes nacionales y refugiados y su transición exitosa a través del sistema educativo.

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